Las normas de puntuación son en gran medida universales, y existen reglas sencillas que nos ayudan a decidir qué signos de puntuación convienen para cada oración que deseemos escribir. Veamos su uso.
Punto y
coma (;)
Se dice que representa una pausa
intermedia entre la coma y el punto y seguido, pero la distinción es tan mínima
que muchas veces su elección depende del criterio de quien escribe. Sin
embargo, nunca es intercambiable con los dos puntos (:). El punto y coma se emplea:
1. Para sustituir a la coma en
oraciones semejantes no enlazadas por conjunción:
Unos tendrán que viajar; otros descansarán
mañana; algunos no querrán moverse; el caso es que todos deberán tomar una
decisión.
(O también: Unos tendrán que viajar, otros
descansarán mañana y algunos no querrán moverse; el caso es que todos deberán
tomar una decisión.)
Ayer estuve en
Sevilla; hacía un calor enorme.
(O también: Ayer estuve en
Sevilla y hacía un calor enorme).
2. En una sucesión de nombres,
adjetivos o complementos, sobre todo si ya existe alguna coma en cada elemento:
Carros cargados con baúles,
colchones y algunos muebles; mujeres con los niños de la mano; hombres arreando
al rebaño, llevando a hombros a los borregos más débiles.
3. Para enlazar dos oraciones largas
que comparten un mismo sujeto y carecen de otro nexo:
Las actrices de cine y televisión llevan
una vida muy sacrificada, a pesar de las apariencias; se ven obligadas a
renunciar a muchas cosas para mantener la fama.
4. Para separar oraciones que
comparten el mismo verbo cuando este se suprime (elipsis):
Fran es empresario; Cecilia, abogada.
Jorge está en la cárcel por robar
coches; Elena, por atracar bancos; Luis, por firmar cheques sin fondos.
5. Entre dos oraciones complejas,
cuando la segunda es consecuencia de la primera y va introducida por una
locución adverbial (por
tanto; por consiguiente; por eso; en fin…)
Estas tres casas tienen el mismo tamaño y
comparten el jardín; por eso las vendemos al mismo precio.
6. Entre dos oraciones complejas,
cuando la segunda va introducida por una locución adverbial o frase que sirva
como conjunción adversativa (ahora bien; no
obstante; sin embargo; el hecho es que; por el contrario…):
No quisiera, señor Berná, aburrirlo con
tantos detalles técnicos; no obstante, debo ponerlo al corriente de lo que está
sucediendo a sus espaldas.
Dos puntos (:)
Su uso es más limitado que el de otros signos de puntuación
y nunca es equivalente a la coma ni al punto y coma. Después de los dos puntos
se escribe con letra mayúscula en el caso del encabezamiento de las cartas,
decretos, resoluciones, sentencias, etc., pero cuando a los dos puntos siguen
palabras u oraciones separadas por coma, se escribe letra minúscula (véanse los
distintos ejemplos citados más abajo). También se escribe con minúscula cuando
la oración tras los puntos completa la anterior. En el caso de las citas
textuales, empiezan con mayúscula o minúscula dependiendo de lo que se cita. En
los títulos se recomienda, pero queda a criterio de quien escribe, el empleo de
letra minúscula tras los dos puntos, mientras que en los epígrafes de libros se empieza
con letra mayúscula. Se emplean:
1. Tras el encabezamiento de una
carta:
Querido amigo:
Estimado señor:
A quien corresponda:
2. Para anunciar o cerrar una
enumeración:
Todo en ella es extraordinario: su vida,
sus amigos, sus aficiones…
Antipático, irresponsable, despiadado: así
es él.
3. Para anunciar una conclusión,
sugerir una consecuencia o dar una explicación:
Eso es lo importante:
que haya salvado la vida.
No hay más remedio: debemos vender
el coche.
Aquí la vida es insoportable: más de
10.000 personas están abandonando la ciudad.
4. Para introducir una cita literal
entrecomillada:
Dijo Umbral: «Si
usted se casa con mujer cantarina, ya tiene bastante».
Adviértase que en este caso tras los dos
puntos se escribirá mayúscula o minúscula según lo exija la cita.
5. Detrás de locuciones como es más, sin rodeos,
ahora bien, a saber, en otras palabras, dicho de otro modo, por ejemplo, verbi
gratia…( en la mayoría de estos casos, se puede optar también por
la coma):
En muchos pueblos no se votó; en otras
palabras: no se aceptó el programa.
Es más: nadie saldrá vivo de aquí.
6. En textos jurídicos y administrativos
después de verbos como certifica, dice,
expone, suplica, etc.
Lo que sigue suele ir en párrafo aparte y
son los únicos casos en los que se permite emplear los dos puntos seguidos de
la conjunción que (solicita
que; expone que; promete por su honor que…).
7. En títulos y epígrafes, para
separar el concepto general del aspecto parcial que va a tratarse:
Literatura escrita por mujeres: dos
escritoras románticas
Una novela picaresca de Quevedo: Vida del
Buscón, llamado don Pablos
Advertencia: Nunca es
correcto escribir dos puntos entre una preposición y el sustantivo que
introduce: La novela fue escrita por [:] Mauricio
Colmenero. En la reunión había representantes de [:] Bélgica, Suiza e Irlanda.
Puntos
suspensivos (…)
Siempre
son tres puntos y, en general, se usan para dejar un discurso en
suspenso, marcando una breve pausa. Se escriben pegados a la palabra que
los precede y a continuación, según se necesite, se pueden añadir
coma, punto y coma, dos puntos, signos de admiración o de interrogación, pero
nunca punto. Si los puntos suspensivos cierran un enunciado, la palabra que va
a continuación se escribe con mayúscula inicial; en los demás casos se escribe
con minúscula. Su empleo es el siguiente:
1. Expresar estados de duda, temor, suspense…
No sé si llamar o no... No sé qué hacer
Quería decirte… bueno, mejor otro día.
2. Para indicar la interrupción voluntaria de un
enunciado por considerar que el lector lo conoce:
A buen entendedor…
Como dice el refrán, ojos que o ven…
3. Para insinuar sin escribir completas palabras
malsonantes:
Pero qué c… es ese hombre.
Vete a la m…, ya no te aguanto más.
4. En sustitución de etcétera (y nunca
ambos) en las enumeraciones:
A España vienen
turistas franceses, italianos, alemanes…
5. Cuando se desea dejar el enunciado incompleto
y el sentido en suspenso:
Ahora estoy hecha un
asco, pero si me hubieras visto de joven…
Fue una enfermedad terrible; unos años llenos de
amargura… No quiero seguir hablando de eso.
6. Entre corchetes […] indican la omisión de
texto en la cita entrecomillada que se transcribe:
«Porque las palabras
que había oído hasta entonces […] no tenían ningún sentido».
Signos
de admiración (¡!) e interrogación (¿?)
También llamados en tipografía
puntos interrogantes y puntos admirativos, estos signos dobles marcan en la
escritura el inicio y el final de una pregunta o exclamación, aunque el
enunciado empiece antes:
Ana,
¿tú sabes si va a llover hoy? ¿Tú sabes si va a llover hoy, Ana?
Buenos
días, Pedro, ¡qué gusto me da verte! ¡Qué gusto me da verte, Pedro, buenos
días! Cuando se acumulan varias oraciones interrogativas o exclamativas, no es necesario que empiecen con mayúscula, salvo la primera:
¿Vas a
venir mañana?, ¿pasarás a recogerme?, ¿iremos al cine?
¡Cuántas mentiras!, ¡qué desilusión tan
grande!, ¡cómo te odio!
Adviértase que las oraciones van separadas con
coma; de lo contrario tendrían que comenzar por letra mayúscula:
¿Vas a
venir mañana? ¿Pasarás a recogerme? ¿Iremos al cine?
¡Cuántas mentiras! ¡Qué desilusión tan grande!
¡Cómo te odio!
La Real Academia señala que hay oraciones
interrogativas y admirativas a la vez, marcadas con signo de admiración al
principio y de interrogación al final, o viceversa, y también con ambos signos
al principio y al final:
¡Cómo te
has atrevido?
¡¿Cómo te has atrevido?!No se escribe punto después de cerrar un signo de admiración o interrogación, pero si termina un enunciado, la palabra siguiente empezará por mayúscula:
No
he conseguido entradas. ¡Qué le vamos a hacer! Iremos al cine otro día.
¿Qué
quieres que haga? No sabía que pasaría eso.
A veces estos signos se intercalan
entre paréntesis en el texto para expresar sorpresa, incredulidad o asombro. En
estos casos, se emplean los signos de cierre
(!) (?):
Ignacio
se refería a su fidelidad (?) a la causa.
Dijo
que había adelgazado 20 kilos (!) en una semana.
Punto
y seguido; punto y aparte, y punto final
Estos signos de puntuación marcan,
respectivamente, el final de un enunciado, de un párrafo y de un texto. La
diferencia entre el punto y seguido y el punto y aparte no es siempre muy
clara; suele intervenir la subjetividad de quien escribe. En términos
generales, se marca con punto y aparte cuando se cambia de idea o asunto, mientras
que se prefiere el punto y seguido cuando se desarrollan aspectos diferentes de
una misma idea.
Las abreviaturas siempre llevan
punto: Sr., Excmo., Ilmo. No se escribe punto detrás de los signos de
interrogación y admiración, ni se añade a los puntos suspensivos.
Y punto final.
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