miércoles, 22 de octubre de 2014

Las oraciones condicionales

—No sé qué son juegos de ingenio —comentó con timidez Chantal.
Las oraciones condicionales
—Son como acertijos que hay que resolver. He aquí un ejemplo: un hombre debe cruzar un río con una cabra, un lobo y un cesto de coles en una barca que solo aguanta su peso más una de sus mercancías. ¿Cuál elegirá?
—¿Puede volver después a recoger las otras que queden en tierra? —inquirió enseguida Chantal.
—¿Por qué lo preguntáis? —quiso saber Marie.
—Muy sencillo. Si solo puede hacer un viaje, se llevará consigo en la barca la mercancía de mayor valor y abandonará el resto, pero si va a regresar, ha de llevarse la cabra, pues si elige las coles, el lobo acabará con la cabra, mientras que si es el lobo el que sube en la barca, la cabra se comerá las coles antes de que el hombre haya regresado.
La historia escrita en el cielo, Carmen Martínez Gimeno, 2012


Las conocidas como oraciones condicionales constituyen en realidad períodos formados por una oración subordinada, denominada prótasis (condicionante o antecedente), y una oración principal, denominada apódosis (condicionada o consecuente). Ambas oraciones van enlazadas por la conjunción si, y el cumplimiento de lo enunciado en la oración principal (apódosis) depende de lo que ocurra en la oración subordinada (prótasis con si): Si solo puede hacer un viaje, se llevará consigo en la barca la mercancía de mayor valor. Si va a regresar, ha de llevarse la cabra, pues si elige las coles, el lobo acabará con la cabra. No deberías esperarlo si tardara más de dos horas en llegar. Si Pedro corría, Elena lloraba mucho más. Inés me prestaría el coche si yo se lo pidiera. No habría (o hubiera o hubiese) actuado de ese modo si hubiera (o hubiese) conocido las consecuencias.

Como se aprecia en los ejemplos anteriores, el orden de la apódosis y la prótasis puede variar según la intención o gusto de quien escribe: Si vas de compras, avísame. Avísame si vas de compras. En la primera oración se desea destacar el hecho de ir de compras; en la segunda, la petición (o tal vez mandato) de recibir aviso. Debe tenerse en cuenta que cuando la prótasis con si se escribe antes de la apódosis, han de separarse ambas oraciones con coma (,), aunque puede omitirse cuando la prótasis es muy corta: Si llueve no saldré. Si lo sé no vengo. Pero: Si me esperas un poco, te acompañaré. Si hubieras conocido sus verdaderas intenciones, nunca le habrías confiado tus secretos. Cuando el orden seguido es apódosis y prótasis, no se escribe ningún signo de puntuación en medio: Celia habría comprado la casa si hubiera tenido el dinero que pedían.

El hecho de que la condición deba cumplirse en el momento anterior a lo condicionado, o por lo menos que condición y condicionado sean simultáneos, determina que existan limitaciones en el uso de los tiempos verbales: el tiempo de la apódosis debe ser siempre futuro o presente con relación a la prótasis. Por tanto, no se puede escribir, por ejemplo, si vendrá, si habrá venido, si vendría, si habría venido. Estas formas verbales han de sustituirse por las correspondientes de los tiempos presentes: si viene, si ha venido, si hubiera (o hubiese) venido. Los futuros hipotéticos son sustituidos en la prótasis por el imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo (si viniera, si viniese, si hubiera o hubiese venido), pero en la lengua hablada (y, por tanto, en la literaria) existe una clara tendencia a emplear también el imperfecto y pluscuamperfecto de indicativo: le dije que si venía a verme, le daría dos euros. Si había venido a verme, se iba a llevar una sorpresa. El único tiempo del indicativo que no se puede utilizar en la prótasis es el futuro anterior (o antepretérito), pues en la actualidad queda limitado a las oraciones temporales y su uso es en buena medida literario (cuando hubieron llegado al pueblo). Tampoco puede emplearse este tiempo en la apódosis.

Dos son los tipos de oraciones condicionales en la lengua española actual: aquellas que expresan la condición (prótasis) con el verbo en indicativo y las que la expresan con el verbo en subjuntivo. Los gramáticos acostumbran denominar a las primeras de condición real, y a las segundas, de condición irreal, aunque la realidad o irrealidad ha de interpretarse con cierta relatividad, puesto que toda condición es de por sí hipotética, circunstancial o contingente. Entre si llega a tiempo el avión, podremos hacer la conexión con el siguiente vuelo y si llegara a tiempo el avión, podríamos hacer la conexión con el siguiente vuelo, la única diferencia es el matiz más dubitativo de la segunda: es una distinción de grado, de probabilidad mayor o menor, la que decide la preferencia por uno u otro modo de expresión.

1. Las llamadas oraciones de condición real (con el verbo en indicativo) expresan en la prótasis con si un hecho real, probable o posible del pasado, presente o futuro empleando un tiempo de indicativo (nunca futuro ni condicional o potencial), mientras que en la apódosis aparece un tiempo de indicativo, imperativo o subjuntivo: Si llaman a la puerta, no abras. Pedro vendrá si yo se lo pido. Si Carmen ha venido mañana, la recibiremos. Si no me despertaba yo, nadie hacía el desayuno. Quién sabe lo que hubiera pasado si no me marcho a tiempo. Si hace frío, ponte el abrigo.

Así pues, el esquema es el siguiente:

Prótasis: Cualquier tiempo de indicativo, menos el futuro anterior o antepretérito (hubo venido), los dos futuros y los dos condicionales (o potenciales).
Apódosis: Imperativo; cualquier tiempo del indicativo, menos el futuro anterior o antepretérito; cualquier tiempo del subjuntivo, menos los futuros.

Atendiendo a lo expuesto, se comprende de inmediato que es un error construir oraciones condicionales como si te gustaría leer mi novela, lo puedes hacer en digital o en papel. Lo correcto sería si quieres leer mi novela o, más dubitativo, si quisieras leer mi novela. Yendo más al grano, escribiríamos: ¿Quieres leer mi novela? ¿Te gustaría leer mi novela? Este uso del verbo gustar con un condicional (o potencial) en la prótasis es un calco del inglés if you would like, que no tiene traducción literal al español (si deseas, si quieres, si te apetece… pero nunca un verbo en tiempo condicional, por irónico que resulte). ¿Por qué es correcto, en cambio, escribir me pregunto si te gustaría acompañarme al cine? Está claro: el si introduce una oración interrogativa indirecta, no la prótasis de una condicional. Son fáciles de distinguir, puesto que en las oraciones interrogativas indirectas no hay ninguna condición que deba cumplirse (prótasis) para que ocurra lo condicionado (apódosis).

No obstante, también ha de señalarse que en la Nueva gramática de la lengua española de la RAE, se establece una única excepción al veto del verbo en tiempo condicional en la prótasis de una oración condicional: la llamada interpretación de cita. Este caso poco frecuente ocurre cuando el uso del tiempo condicional no tiene valor prospectivo (es decir, no hace referencia al futuro), sino que se limita a reproducir palabras que se acaban de pronunciar:

Me gustaría tanto estudiar una carrera, pero no sé si me dará la cabeza.
—Pues si tanto te gustaría, debes intentarlo.

2. En las oraciones de condición irreal (con el verbo en subjuntivo), se expresa en la prótasis un hecho que se estima no realizado en el pasado, irrealizable en el presente o improbable en el futuro. Por tanto, la consecuencia sigue el mismo patrón. Se emplea en la prótasis el imperfecto de subjuntivo si la condición se refiere al presente o futuro, y el pluscuamperfecto, si se refiere al pasado. En el caso de condición presente o futura, se emplea en la apódosis el pretérito imperfecto de subjuntivo o el condicional (potencial) simple, y el pluscuamperfecto de subjuntivo o el condicional (potencial) compuesto, para condición pasada: Si yo tuviera (o tuviese) tiempo, leería el periódico. Sabrías mucho más si hubieras (o hubieses) estudiado a tiempo. Si hubiera (o hubiese) tenido vacaciones, Carmen se habría (o hubiera o hubiese) marchado a París. 

El esquema es el siguiente:

Prótasis: En el caso de presente y futuro, se utiliza el imperfecto de subjuntivo (formas –ra y –se); para el pasado, pluscuamperfecto de subjuntivo (en sus dos formas).
Apódosis: En el caso de presente y futuro, se usa el pretérito imperfecto de subjuntivo o condicional (potencial) simple (formas –ra y –se); para el pasado, pluscuamperfecto de subjuntivo y condicional (potencial) compuesto (formas –ra y –ría). 

De lo expuesto hasta este punto, se desprende que la simplificación esquemática si hubiera… habría, aunque es la más habitual en la lengua culta actual en España, no es la única posible para expresar una condición irreal. Los editores y correctores de estilo deberían tener en cuenta que no hay motivo para corregir a un escritor si prefiere escribir si hubiera… hubiera  o si hubiese… hubiese, ni si opta por el resto de las combinaciones posibles. 

La forma en –ra en la apódosis (si tuviera dinero, yo comprara esta casa) resulta anticuada y solo aparece de cuando en cuando en el lenguaje literario.

En lenguaje jurídico y arcaizante, todavía se emplean las llamadas oraciones condicionales contingentes, esto es, condicionales reales de futuro con la prótasis en futuro imperfecto o perfecto de subjuntivo: Si transcurrido el plazo no se presentare, perderá sus derechos. A quien los jornaleros podrán reclamar sus salarios atrasados si los hubiere. Riña a su hijo si hiciere burla de sus mayores. En la apódosis se pueden emplear el presente de indicativo o subjuntivo, el imperativo y el condicional (potencial).

Aunque la única conjunción condicional es si, existen en la lengua castellana más modos de expresar condición. Se pueden emplear como condicionales, por ejemplo, algunas conjunciones de otro origen y numerosas frases conjuntivas: como, cuando, siempre que, ya que, con tal que, con solo que, con que, siempre y cuando, a no ser que. Estos ejemplos lo demuestran: Como me enfade, me iré. Cuando tú lo dices, será verdad. Con que me quisieras un poco, estaría contento. Siempre y cuando tú estés conforme, lo firmaré.

Asimismo, se pueden emplear como prótasis condicionales algunos giros creados con las formas no personales del verbo: el infinitivo precedido por de o a: De no ser cierto, tomaré medidas; el gerundio: Colaborando todos, saldremos adelante;  y el participio: Dado que ataquen (o supuesto que ataquen), nos defenderemos.

Existen además otras oraciones introducidas por si que a primera vista parecen prótasis condicionales desprovistas de la apódosis correspondiente. Sin embargo, no se trata de verdaderas elipsis, pues si se enunciara la apódosis, el resultado tendría un significado distinto: ¿Has leído mi novela? Si no sabía que te la habían publicado… El sentido que se evoca no es propiamente el condicional, sino un matiz entre lo enfático y lo ponderativo.

En las oraciones interrogativas con si, las formas verbales empleadas son futuros y pospretéritos (amaré, amaría, habré amado, habría amado), que son precisamente incompatibles en las prótasis condicionales. Consideremos los siguientes ejemplos: ¿Si estaré yo distraído que no te he sentido llegar?¿Si habré visto yo visiones? Al suprimir la conjunción si, estas oraciones interrogativas mantienen el sentido de las primeras pero pierden énfasis: ¿Estaré yo distraído que no te he sentido llegar? ¿Habré visto visiones?

En las oraciones exclamativas con si, se aprecian dos tipos fundamentales. La estructura del primero coincide con el esquema propio de la prótasis condicional y sustituye la presunta apódosis elidida con puntos suspensivos que indican sugerencia: ¡Si tu padre fuera más comprensivo…¡ ¡Si yo te contara…! ¡Si me hubieses escuchado…! La estructura del segundo tipo coincide con la que presenta la prótasis de las oraciones condicionales reales: las formas verbales son de indicativo (amo, amaba, amé y los compuestos he, había, hube cantado). Con estos enunciados se expresa sorpresa, protesta, enfado: Si es un necio… ¿qué va a decir? Si no me río… ¿cómo me iba a reír? ¡Si ya me lo estaba oliendo yo! Si eres un muñeco, si tienes horchata en las venas, si nadie te respeta… ¡Pero si este muerto no ha perdido ni el color! Si se suprimieran los puntos suspensivos en la primera oración, no solo perdería énfasis, sino que variaría su significado: Si es un necio, ¿qué va a decir? ¿Y qué sucede si se suprime la conjunción si en oraciones como la cuarta y la quinta?: ¡Ya me lo estaba yo oliendo! Eres un muñeco, tienes sangre de horchata en las venas, nadie te respeta: ambas pierden expresividad y la última pasa de recriminación más o menos enfadada a simple consignación de defectos.

En la escritura, como en la vida, elementos que a simple vista parecerían muy poquita cosa y prescindibles pueden obrar maravillas cuando se saben utilizar. La conjunción si es uno de ellos, a la vista está.

Termino por hoy evocando una coletilla omnipresente en la lengua hablada y escrita de España hasta hace no demasiados años. ¿Quién no ha escuchado o leído alguna vez Dios mediante?: Mañana, Dios mediante, saldremos de vacaciones, por ejemplo. Esta construcción absoluta de gerundio, que puede aparecer en posición inicial, media o final dentro de la oración, significa si Dios lo permite o si Dios quiere. Semejante en sentido es también la respuesta que se esperaba por aquellos mismos años cuando se daban las buenas noches: Hasta mañana... Y aquí el interlocutor añadía casi siempre la prótasis de una oración condicional.

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