Vivimos en una aldea global. Nos relacionamos en una sociedad red que rompe casi todas las antiguas fronteras, y los avances de la tecnología de la información están cambiando en un abrir y cerrar de ojos paradigmas de siglos. El libro, piedra angular de nuestra cultura, no podía ser ajeno a esta revolución que está en marcha, ni los escritores tampoco: hemos roto las cadenas.
Vivimos en una aldea global. Nos relacionamos en una sociedad red que rompe casi todas las antiguas fronteras, y los avances de la tecnología de la información están cambiando en un abrir y cerrar de ojos paradigmas de siglos. El libro, piedra angular de nuestra cultura, no podía ser ajeno a esta revolución que está en marcha, ni los escritores tampoco: hemos roto las cadenas.
Esta revolución nos ha hecho libres y ahora sabemos que ya no necesitamos un agente literario ni una editorial para publicar nuestras obras. Por un curioso bucle de la historia, estamos regresando poco a poco a
los tiempos cervantinos en los que no existían editoriales ni editores: solo
imprentas e impresores con su tipografía y su papel característicos. Hoy abundan
las plataformas digitales que ofrecen la posibilidad de publicar sin apenas
trabas, pero ha sido KDP, la plataforma de autoedición de Amazon, la que ha
marcado la diferencia, y formamos legión los escritores que hemos recurrido a
sus servicios para publicar nuestros libros electrónicos en la red, ya sea de
manera exclusiva o combinando esta opción con las demás disponibles.
Somos legión de escritores, repito, y la marcha es imparable. Negarlo
es tan inútil como pretender tapar el sol con un dedo. Sin embargo, queda mucho
camino por recorrer. De momento, los libros digitales tratan de imitar las
ediciones en papel, de igual modo que en el pasado los libros impresos
pretendieron asemejarse a los manuscritos; y sobre los escritores
independientes recae, además de la creación, toda la labor de producción que
antes efectuaba la editorial: valoración del argumento y de la elaboración del
texto, corrección filológica y corrección ortotipográfica, entre otras revisiones
importantes.
¿Estamos preparados los escritores independientes para acometer sin ayuda
unas tareas tan especializadas?
Sinceramente, la mayoría no. Entonces, ¿por qué hemos optado por la
independencia? Muchos porque se han cansado de aguardar la respuesta de
editoriales miopes que no tienen la mínima cortesía de responder a sus esperanzados
correos. Otros porque han sufrido los abusos de alguna agencia literaria que
cobra por adelantado unos servicios de promoción de manuscritos que jamás
presta; y los más porque siempre habían deseado escribir y ahora tienen la
libertad de hacerlo, aunque solo los lean quienes los conocen y los quieren.
Por desgracia, esta falta de preparación de muchos escritores independientes, que ni
siquiera se dan cuenta de sus carencias, está provocando rechazo entre los
lectores y los críticos literarios. Nos meten a todos en el mismo saco y dicen de nosotros que somos malos, el
desecho que ninguna editorial de prestigio publicaría; que no sabemos escribir
y nuestros libros están llenos de errores; que llegan a la cima de más vendidos obras
ilegibles porque Amazon no pone ningún filtro; que es ella quien mayor provecho
saca con los autoeditados…
¿Somos tan malos en realidad? Los hay que sí y los hay que no. En nuestras
filas se encuentran autores con un largo recorrido a sus espaldas o con una
dilatada experiencia editorial que están probando esta nueva posibilidad de
autoedición sin intermediarios. También hay gente nueva con ideas brillantes y
muchísimas ganas de aprender. Porque el quid de la autoedición es precisamente
eso: aprender. Nadie hará por ti lo que tú mismo no seas capaz de lograr. Y a
diferencia de los libros impresos en papel que son inamovibles a menos que se efectúe
una nueva y costosa edición, los digitales admiten todas las correcciones que
el autor desee incluir. Son verdaderamente una obra abierta, tomando la conocida
expresión de Umberto Eco en un sentido diferente.
Rafael R. Costa, Amelia Noguera, Pilar Alberdi, Pablo de Aguilar
González, Antonio Jareño, Carmen Grau, Mónica Rouanet y María José Moreno son
una pequeña muestra de los escritores independientes pertenecientes a
generaciones, estilos y géneros muy diversos que he leído y me atrevo a recomendar.
Pero hay muchísimos más que merece la pena descubrir por sus innegables méritos.
Los escritores independientes somos como los hombres orquesta: debemos
saber tocar todos los instrumentos. ¿Es eso posible? En buena medida, aunque siempre
se precisará de cierta ayuda. Unos decidirán contratar a un especialista para crear
la mejor portada y otros buscarán un diseñador gráfico para asegurarse de que
su texto se ajusta a las opciones de lectura ofrecidas por los diversos lectores
electrónicos. Sin embargo, todos los escritores independientes sin excepción deberían
disponer de un corrector de estilo: son imprescindibles otros ojos que vean lo
que no hemos visto. Siempre. Por mucha preparación que se tenga, es un
requisito indispensable para obtener un texto de calidad.
Quienes se lo pueden permitir por sus ventas ya se han dado cuenta de
esta realidad y contratan correctores profesionales para competir en igualdad
de condiciones con los libros de las editoriales tradicionales. Asimismo, algunas
de estas editoriales se están adaptando al nuevo panorama digital y ofrecen sus
servicios de edición sin privar al
escritor de sus derechos de autor. Quizá ese sea un camino, aunque probablemente
no el único.
Esta revolución está en mantillas y nadie sabe a ciencia cierta hacia
dónde nos conducirá. ¿Desaparecerá el libro en papel tal como lo hemos conocido
hasta ahora? Yo espero y deseo que no. Me gustaría que el electrónico y el de papel convivieran
complementándose. Del mismo modo, espero que las buenas editoriales
tradicionales mantengan su producción en
los tiempos que se avecinan. Quizá la edición a demanda sea una opción que se
imponga para abaratar costes y dar cabida a escritores noveles. Todavía queda
un segmento de mercado al que vender en papel, porque hay gente que no comprende
el libro digital o le disgusta utilizar la tarjeta de crédito como medio de
pago. Y, reconozcámoslo, el libro de papel sigue teniendo más prestigio. De
momento. Parece que ese segmento se irá reduciendo —así
lo presagian las enormes ventas de lectores digitales y tabletas— y tal vez solo las casas editoriales que
junten fuerzas con los nuevos e-escritores saldrán adelante. Amazon ofrece la
posibilidad de publicar en papel, pero ahí las buenas editoriales, con cuyos
departamentos de producción se puede hablar en persona, siguen siendo mejores.
Asimismo, es crucial que las librerías y los libreros encuentren un
lugar en el ámbito del libro digital y sobrevivan. Deben seguir siendo los prescriptores
y sería una gran pérdida para la cultura su marginación y desaparición final.
¿Sería posible que los escritores digitales independientes juntaran también fuerzas
con las librerías tradicionales? Creo que sí y deseo que mentes despiertas con visión
de futuro pongan en práctica proyectos factibles no muy difíciles de discurrir
que nos beneficiarían a todos.
Las redes son nuestra casa, y todos los escritores independientes, en
mayor o menor medida, estamos aprendiendo a utilizarlas para hacernos, como
diría Virginia Wolf, «una habitación propia». Tenemos grupos de Facebook y
blogs como este en los que nos damos a conocer y compartimos nuestras destrezas.
Aparecemos en revistas digitales y nos entrevistan en tertulias radiofónicas. ¿Qué
más bulle en nuestro mundillo? Algunos de nuestros escritores independientes ya
están creando sus propios sellos editoriales y venderán también en papel a
demanda. Y otros han fundado sus empresas de edición que prestan servicio a los
demás.
Para terminar, no nos olvidemos de lo más importante: ¿quiénes son
nuestros lectores? En teoría, cualquiera que disponga de un dispositivo digital
donde descargar nuestros libros. Parece que el boca a boca funciona, y es
primordial lograr visibilidad. Aquí entra en juego la mercadotecnia, otra de
las habilidades que ha de dominar el escritor independiente para alcanzar éxito.
Y acaso sea la habilidad más difícil: cada cual emplea sus armas, y es una
queja recurrente que algunos llegan a los primeros puestos de las ventas valiéndose
de atajos extraliterarios. Pero eso también ocurre en otros ámbitos de la vida,
no hay por qué sorprenderse. No obstante, las plataformas
digitales como Amazon brindan la posibilidad de descubrir a los impostores
antes de comprar sus libros, pues se pueden leer gratis los primeros capítulos e incluso, una
vez comprada y leída una obra, se permite su devolución si no ha cumplido con
las expectativas creadas. ¿Alguien da más?
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.
Un comentario muy adecuado a la realidad, Carmen. Y que escritoras como tú tengan esta visión del mundo editorial me abre todavía más los ojos.
ResponderEliminarMil gracias también por mencionarme. Conocer a personas que comparten tu pasión es reconfortante, pero si encima son generosas, lo es mucho más.
Un abrazo,
Amelia
Amelia, creo sinceramente lo que digo. Somos el futuro y muchas triunfaréis. Y yo me enorgulleceré de haberlo previsto(y con mis cortas fuerzas, haber contribuido).
EliminarTriunfar... me conformo con estar ;) Y llegar a los lectores de algún modo ya es estar en ese nuevo mundo literario que está imponiéndose de un modo u otro. Y ahí también estás tú, mucho antes que yo.
EliminarOrgullosos estamos todos de tenerte como compañera y amiga, Carmen. ¡Gracias por dar otro "toque" más a esta gran masa de personas que aún no nos conoce, con tus sabias palabras!
ResponderEliminarLa unión hace la fuerza, Frank. Eso no ha cambiado ni cambiará.¡Gracias a ti por el grupo donde tan bien nos comunicamos!
EliminarMuy bueno.
ResponderEliminarGracias, Miguel Ángel.
EliminarRespeto tu opinión, si bien no la comparto. El libro digital tendrá el mismo futuro que el audiolibro, o sea, un mero complemento del indestructible libro en papel. Amazon se aprovecha de sus autores pues a Bezos sólo le interesa vender sus cacharros Kindles y nada más... Por otra parte esto que escribes: "¿Por qué somos escritores independientes? Muchos porque se han cansado de aguardar la respuesta de editoriales miopes que no tienen la mínima cortesía de responder a sus esperanzados correos...", no me parece acertado. Uno, porque publicar NO es un derecho es más bien un privilegio. Es como que me digas que alguien se debe de enamorar de ti sólo porque tu estas enamorada de esa persona. La vida no funciona así. La mejor manera de enamorar a una editorial es con tezón, paciencia, mucha lectura, muchísima lectura y entender que el escritor se hace botando más páginas que guardándolas y dos, parafraseando a la biblia: muchos serán los llamados pero pocos los escogidos... no todo el mundo puede ser escritor y que bueno que así sea. Un saludo.
ResponderEliminarTienes razón, no todos somos escritores ni lo seremos nunca. En cuanto a todo lo demás, el tiempo lo dirá.
Eliminar!Gracias a Dios que hay diversidad en el mundo y que no todos piensan cómo este señor Anónimo!
EliminarSi publicar fuera un privilegio, la literatura mundial se habría perdido a:
"Ullyses" de James Joyce, “La edad de oro” de José Martí, “The Joy of Cooking” de Irma Rombauer, “Leaves of Grass” (Hojas de Hierba) de Walt Whitman, “Lady Chatterley´s Lover “ (El amante de Lady Chatterley) de DH Lawrence , “The Jungle” de Upton Sinclair, “The Celestine Prophecy” traducido al español como “Las nueve revelaciones” de James Redfield , “Spartacus” de Howard Fast “Maggie: a girl of the streets” de Stephen Crane, “En búsqueda de la excelencia” de Tom Peters. Estos son apenas varios ejemplos de libros autofinanciados.
La famosa escritora canadiense Margaret Atwood autopublicó su primer libro de poemas “Double Persephone”, en 1961.
El escritor francés Marcel Proust financió la primera publicación de las 1 500 páginas de “En busca del tiempo perdido”. Su obra está considerada entre las más grandes obras de la literatura moderna.
Y no sigo porque la lista va a resultar más larga que el post de Carmen
Gracias por este excelente artículo, Carmen, y por mencionarme. Somos imparables y vamos a dar mucho que hablar. Además, que autopubliquemos ebooks no nos excluye del papel. Muchos indies ya tienen sus libros a la venta en papel a través de Create Space, afiliado de Amazon. ¡Yo estoy en ello desde hace meses! Es que soy muy lenta y puñetera... ¡Quiero que salga perfecto!
ResponderEliminarSomos imparables, tienes razón, Carmen. Sin embargo, yo no veo tan claro publicar en Create Space y en otra entrada explicaré por qué. Pero no deja de ser una opción que muchos estáis aprovechando.
EliminarPues esperaré impaciente esa entrada para saber por qué no lo ves claro. Yo empecé a pelearme con Create Space hace cosa de un año. Lo dejé porque vi que publicar en digital era más fácil, pero siempre he tenido claro que quería hacerlo también en papel con Amazon.
EliminarGracias Carmen. Reflexiones muy acertadas en mi opinión.
ResponderEliminarGracias a ti, Olga, por leerme. Y tengo tu libro esperando en mi Kindle...
EliminarMuy bueno y esperanzador!
ResponderEliminarGracias, Almudena.
EliminarCarmen muy bueno tu artículo. Yo tengo dos sombreros: como autora y como editorial. Pero soy una editorial diferente, que surgió a partir de mi propia experiencia como autora independiente para dar SERVICIOS a los autores independientes. Mis opiniones en este enlace (si me lo permites). Son muy largas para repetirlas aquí.
ResponderEliminarhttp://eriginalbooks.net/2013/01/17/la-evolvability-de-eriginal-books/
Marlene, te acabo de dejar un comentario a tu entrevista. Muy interesante tu punto de vista. Yo estoy madurando una idea, pero me mudo por un tiempo a Nueva York en junio, así que seguiré de momento reflexionando. Mi experiencia profesional también ha sido variada en el mundo de las letras: además de editora, traductora y escritora, he sido profesora de español como lengua extranjera, de corrección de pruebas y estilo, de redacción para traductores y de oratoria. Sin embargo, de lo que no sé nada es de hacer portadas para e-books: es mi asignatura pendiente.
EliminarGracias Carmen por este artículo. Vamos haciendo camino sobre la marcha, aún es pronto para ver la imagen final...
ResponderEliminarGracias por citarme.
Sí Pilar, como decía Machado, «se hace camino al andar». De momento, al volver la vista atrás lo que vemos es lo mucho que se ha avanzado en un año. Y seguiremos...
EliminarHola, he leído tu blog y me ha dado muchas luces y pautas. Yo soy de esa corriente de escritores. Me gustaría conocer un poco más de esas oportunidades y herramientas que mencionas. Tengo una pagina www.carlosandresromero.com No sé que consejos o recomendaciones me puedes dar. GRACIAS
ResponderEliminarCarlos Andrés, no soy nadie para dar consejos ni recomendaciones. Si quieres conectarte con otros escritores independientes, puedes utilizar cualquiera de los grupos de Facebook que señalo. Ahí quiza encuentres más ideas sobre lo que otros están haciendo. Te deseo mucha suerte y gracias por leer este blog.
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