Dos pensamientos rondaron mi cabeza cuando me llegó por correo
electrónico la publicidad que me invitaba a publicar mis libros en papel con
CreateSpace. Me acordé enseguida de un programa llamado Tengo un libro en las manos, que emitía la televisión estatal
española, de dos únicos canales, durante mi infancia. Lo presentaba un señor, a
mis ojos de niña, mayor y taciturno, repeinado, vestido con traje oscuro,
encorbatado y con grandes gafas de pasta negra. No recuerdo si lucía ese bigote
recto tan habitual de la época en los hombres públicos, pero sí permanece en mi
memoria que me gustaba cómo, de pie ante las cámaras, sujetaba un libro entre
las manos, lo acariciaba, pasaba sus páginas y hablaba de su contenido. De lo
que explicaba, la única huella consciente que conservo es el descubrimiento de
la palabra ‘ordalía’ y los horrores que podía ocasionar: la aprendí en la
pequeña representación teatral que seguía a la presentación de un libro, cuyo
nombre he olvidado, de la cual me impresionó el triste destino padecido por un
joven enamorado de la hija del rey a quien arrojaban a un río helado de las
tierras nórdicas para que probara su inocencia ante el robo de un clavo de
hierro que formaba parte del tesoro real.
Pensé a continuación en «El arte nuevo de hacer libros», el largo artículo
escrito por Ulises Carrión, hace ya tantos años, en la revista Plural (núm. 4, México, 1975) y, al
releer sus palabras, las encontré más vigentes que nunca:
En el arte viejo el escritor se
cree inocente del libro real. Él escribe el texto. El resto lo hacen los
lacayos, los artesanos, los obreros, los otros.
En el arte nuevo la escritura
del texto es solo el primer eslabón en la cadena que va del escritor al lector.
En el arte nuevo el escritor asume la responsabilidad del proceso entero.
En el arte viejo el escritor
escribe textos.
En el arte nuevo el escritor
hace libros.
Yo escribo textos y ayudo a crear libros. Es parte
del oficio que elegí desde los días universitarios, y CreateSpace me estaba
ofreciendo la oportunidad de hacer mi propio libro en papel, de
responsabilizarme del proceso completo. Parecía brindarme las artes para, esta
vez, no ser yo la lacaya, la artesana, la obrera que trabaja para otros. Sin
embargo, no podía resultar tan fácil como lo pintaba: por sistematizado que
estuviera el procedimiento, editar en papel no es tarea sencilla; lo sé por
experiencia. ¿Era posible realmente obtener una buena edición con CreateSpace
sin recurrir a su servicio de pago?
Huelga decir que es condición necesaria
(aunque no suficiente, como demostraré) disponer de un original (el archivo de
nuestra obra) limpio y corregido en el que no haya errores ortográficos ni
sintácticos. Además, en su configuración física el original debe ceñirse a la
habitual de los libros impresos. Las pautas son las siguientes:
·
Dos primeras páginas en blanco (una hoja por las dos caras), que son
las llamadas hoja de cortesía o de respeto.
·
Página de portadilla o anteportada, donde aparece solo el título del
libro (impar).
·
Página de derechos, donde aparecen todos los datos del libro (par).
·
Página de portada, con el título del libro y el nombre de la autora
(impar).
·
Página siguiente en blanco.
·
Página de dedicatoria, si hubiera
(impar).
·
Página siguiente en blanco.
·
Texto del libro. Pueden ser los agradecimientos, el prólogo, la
introducción o el primer capítulo (es la primera página que se numera y tiene
que ser impar; para la numeración cuentan todas las páginas en blanco).
·
Al final, el índice (en página impar y numerada). También se puede
situar al comienzo, a continuación de la página de dedicatoria.
·
Una o dos hojas de cortesía.
Para
publicar con CreateSpace, la cubierta debe ajustarse a sus especificaciones
establecidas. Como en este caso no tiene solapas, en la contracubierta, a la
presentación del libro se debe añadir la de la autora, así como su foto, si se
desea. Aprovecho para hacer un inciso y señalar un error frecuente: la
confusión de ‘portada’ con ‘cubierta’ en el libro físico. Cuando las hojas de
pergamino o de papel comenzaron a plegarse para formar un cuadernillo en
cuarto, octavo u otra fracción más pequeña, y luego se cosieron o pegaron los
diversos cuadernillos que constituían una obra, nació el libro más o menos como
lo conocemos en la actualidad. Pero los primeros no llevaban cubiertas, esto es,
las tapas protectoras, más duras que el resto de las hojas: comenzaban por la
misma portada, motivo por el cual muchas
se deterioraron y perdieron.
La
portada del libro actual ―donde se consigna el nombre de la obra, de la autora
y de la editorial― va precedida por la página de derechos y una portadilla
―donde aparece solo el título de la obra: es la página que se suele emplear
para escribir las dedicatorias a mano cuando así se requiere―, y esta, a su
vez, va precedida por las hojas de cortesía o respeto. Las cubiertas, donde se
ilustra con imágenes el contenido del libro, también reciben el nombre de
‘tapas’ y ‘forros’; la parte posterior de la cubierta es la ‘contracubierta’,
‘cuarta de cubierta’ o ‘cuarta de forro’. El ‘explicit’ o ‘colofón’ también era años atrás una parte fundamental
del libro: la hoja impar final antes de la tapa o contracubierta donde se
especificaban los detalles de la publicación. En la actualidad, solo algunos
llevan colofón, y en él se suele indicar quién imprimió el libro, dónde y con
qué tipos de imprenta.
Crear la
cubierta para mi libro en papel no fue complicado. Quería conservar la portada
que me había hecho Lola Menéndez Rodríguez para la edición digital (en los
libros digitales, no hay que hacer distinción entre cubierta y portada, como es
obvio), así que contraté a Alexia Jorques para que la adaptara, añadiera el
lomo y una contracubierta con el texto explicativo de la novela y mis datos
sobre un fondo del mismo grabado antiguo de Sevilla que se había utilizado para
la primera portada digital. Tras algunos retoques, el resultado fue muy bueno.
El
trabajo de maquetación y publicación de la novela fue mucho más complicado.
CreateSpace admite archivos en Word y en formato PDF. Pero vayamos por partes:
en primer lugar, se debe seleccionar el tamaño de libro publicado que mejor se
adapte a nuestro original. Ello significa, en pocas palabras, que el número de
páginas determinará el tamaño. Como mi novela superaba las 500 páginas, elegí un
tamaño grande (6" x 9"; es decir, 5,24 x 22,86 cm); también decidí
suprimir los encabezados de las páginas, que tienen sentido, sobre todo, cuando
en un libro hay varios autores y diversos artículos (los encabezados, distintos
según correspondan a página par o impar, señalan unos u otros). Las obras de
ficción extensas no suelen llevar encabezados y también está permitido, en aras
de ahorrar papel, que los capítulos comiencen en la página donde buenamente
caigan y no siempre en impar, como es habitual en el resto de los libros. Yo me
decidí por esta composición a fin de que el precio de venta final no se
disparara (CreateSpace obliga a establecer un precio dentro de unos márgenes
mínimos que no se pueden traspasar).
Tardó muy
poco en llegar porque la ordené por envío urgente. Y mi conclusión fue la
siguiente: todos los elementos de las cubiertas estaban perfectos, y el acabado
en brillo era de calidad. En cuanto al interior del libro, la impresión era
excelente; el papel crema, de buen gramaje… pero, ay, la macha de la página era
irregular en sus espacios y los defectos que había detectado en la revisión
digital quedaban más que patentes en la prueba física. Era evidente que
necesitaba una maquetadora experimentada, así que me puse en contacto con Mariana
Eguaras, cuyo magnífico blog sobre edición había consultado muchas veces, y la
contraté tras explicarle mis problemas. Ella hizo un trabajo profesional:
entendió mis cuitas, corrigió todos los defectos que yo había encontrado y me
proporcionó en un tiempo más que razonable un PDF con calidad de impresión (PDF/X)
para enviar a CreateSpace.
Por si
sirve de ayuda, especifico a continuación los criterios que se han de tener en
cuenta en la composición de una página impresa:
·
Ninguna página ha de comenzar por una línea corta; esto es, por una línea que no ocupe por completo el
espacio del margen izquierdo al derecho de la página. A la línea corta con la
que termina un párrafo, si aparece al comienzo de una página o columna, se la denomina
línea viuda. (Recuérdese que, en los
diálogos, las líneas de comienzo de parlamento, sean cortas o largas, no
cuentan a estos efectos).
·
También han de evitarse las líneas
huérfanas; esto es, la primera línea de un párrafo que queda situada al
final de una página o de una columna, separada del resto del párrafo o columna,
que van en la página siguiente. Los procesadores de texto cuentan con una
función automática para evitar las líneas viudas y huérfanas: esta es la causa
de que las páginas resultantes no tengan nunca el mismo tamaño de caja
tipográfica; esto es: varía el número de líneas y el margen inferior. Por
tanto, los archivos Word creados de ese modo pasarán a formato PDF con ese mismo
problema y no serán aptos para impresión. Sin embargo, CreateSpace no detecta
este fallo y los da por válidos, por lo cual la publicación no tiene un acabado
profesional.
·
El espacio de separación entre palabras ha de ser homogéneo. Para
ello, ha de habilitarse en el procesador de textos la partición de palabras a
final de línea, comprobando que se respetan las reglas que existen al respecto
(pueden consultarse en «Ortografía IV. La división de las palabras»). De este modo
desaparecerán las llamadas calles o ríos que tanto afean las impresiones
poco profesionales.
·
Deben evitarse más de tres divisiones de palabras seguidas a final de
renglón y no se permitirán dos seguidas idénticas (por ejemplo: cami-nado; desayu-nado).
·
La última línea de un párrafo ha de tener más de cinco letras (o
caracteres), aparte del signo de puntuación que corresponda. La inferior a
dicho tamaño se denomina ladrona en
tipografía y, por lo general, se gana (pero también se puede alargar, añadiendo
alguna palabra, según convenga).
·
Ningún capítulo terminará en una página con menos de cuatro líneas (lo
ideal es que incluso tenga más). Para conseguirlo, se dobla alguna línea,
añadiendo las palabras necesarias, o se ganan otras, suprimiendo algunas
palabras.
Una vez
finalizado el proceso de revisión del PDF/X junto con Mariana Eguaras, lo envié
a CreateSpace, comprobé el resultado en el visor digital y, como esta vez no
encontré sorpresas desagradables, di el «tírese», lo que en la edición clásica
significa autorizar la impresión. Después, en poco tiempo, tuve el libro en las
manos. Mi novela en papel, cuando yo había previsto que ya solo sería escritora
digital… Las pasadas navidades me di el gusto de regalarla a mi familia y
amigos, y he de reconocer que son muchos más los que la están leyendo que
cuando estaba solo en versión digital. Incluso se vende en una librería de
Alcalá de Henares donde la llevó mi pareja (yo soy muy apocada para esas
cosas).
He de
decir que estoy contenta. Seguiré regalando mi novela a mis conocidos que
deseen leerla y puede que alguien incluso la compre. Tal vez publique alguna
otra del mismo modo. Por hoy termino con algunos versos de Lope de Vega tomados
de su ensayo en verso Arte nuevo de hacer
comedias en este tiempo, que leyó como discurso ante la Academia de Madrid
en 1609:
Sustento,
en fin, lo que escribí, y conozco
que,
aunque fueran mejor de otra manera,
no
tuvieran el gusto que han tenido,
porque a
veces lo que es contra lo justo
por la
misma razón deleita el gusto.
Agradecimientos
Librería Diógenes, Alcalá de Henares |
Mariana Eguaras (http://marianaeguaras.com/) se esmeró en la maquetación de mi novela,
que ahora es La historia escrita en el cielo con papel.
Gracias a ambas, el regreso a las páginas que
se pasan con el dedo y se pueden abanicar ha sido una grata experiencia (que
tal vez repetiré). CreateSpace es una compañia editorial de Amazon. Sus libros se venden tanto en CreateSpace como en Amazon. También en otras librerías asociadas.
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.