—No sé qué son juegos de ingenio —comentó con timidez
Chantal.
—Son como acertijos que hay que resolver. He aquí un ejemplo: un hombre debe cruzar un río con una cabra, un lobo
y un cesto de coles en una barca que solo aguanta su peso más una de sus
mercancías. ¿Cuál elegirá?
—¿Puede volver después a recoger las otras que queden
en tierra? —inquirió enseguida Chantal.
—¿Por qué lo preguntáis? —quiso saber Marie.
—Muy sencillo. Si solo puede hacer un viaje, se llevará consigo en la
barca la mercancía de mayor valor y abandonará el resto, pero si va a regresar,
ha de llevarse la cabra, pues si elige las coles, el lobo acabará con la cabra,
mientras que si es el lobo el que sube en la barca, la cabra se comerá las
coles antes de que el hombre haya regresado.
La historia escrita en el cielo, Carmen Martínez
Gimeno, 2012
Las conocidas como oraciones condicionales
constituyen en realidad períodos formados por una oración subordinada,
denominada prótasis (condicionante o
antecedente), y una oración principal, denominada apódosis (condicionada o consecuente). Ambas oraciones van
enlazadas por la conjunción si, y el
cumplimiento de lo enunciado en la oración principal (apódosis) depende de lo
que ocurra en la oración subordinada (prótasis con si): Si solo puede hacer un
viaje, se llevará consigo en la barca la mercancía de mayor valor. Si va a
regresar, ha de llevarse la cabra, pues si elige las coles, el lobo acabará con la cabra. No deberías esperarlo si tardara más de dos
horas en llegar. Si Pedro corría, Elena lloraba mucho más. Inés me prestaría el
coche si yo se lo pidiera. No habría (o hubiera
o hubiese) actuado de ese modo si
hubiera (o hubiese) conocido las consecuencias.
Como se aprecia en
los ejemplos anteriores, el orden de la apódosis y la prótasis puede variar
según la intención o gusto de quien escribe: Si vas de compras, avísame. Avísame si vas de compras. En la
primera oración se desea destacar el hecho de ir de compras; en la segunda, la
petición (o tal vez mandato) de recibir aviso. Debe tenerse en cuenta que
cuando la prótasis con si se escribe
antes de la apódosis, han de separarse ambas oraciones con coma (,), aunque
puede omitirse cuando la prótasis es muy corta: Si llueve no saldré. Si lo sé no vengo. Pero: Si me esperas un poco, te acompañaré. Si hubieras conocido sus
verdaderas intenciones, nunca le habrías confiado tus secretos. Cuando el
orden seguido es apódosis y prótasis, no se escribe ningún signo de puntuación
en medio: Celia habría comprado la casa
si hubiera tenido el dinero que pedían.
El hecho de que la
condición deba cumplirse en el momento anterior a lo condicionado, o por lo
menos que condición y condicionado sean simultáneos, determina que existan
limitaciones en el uso de los tiempos verbales: el tiempo de la apódosis debe ser
siempre futuro o presente con relación a la prótasis. Por tanto, no se puede
escribir, por ejemplo, si vendrá, si
habrá venido, si vendría, si habría venido. Estas formas verbales han de
sustituirse por las correspondientes de los tiempos presentes: si viene, si ha venido, si hubiera (o hubiese) venido. Los
futuros hipotéticos son sustituidos en la prótasis por el imperfecto y el
pluscuamperfecto de subjuntivo (si
viniera, si viniese, si hubiera o hubiese venido), pero en la lengua hablada
(y, por tanto, en la literaria) existe una clara tendencia a emplear también el
imperfecto y pluscuamperfecto de indicativo: le dije que si venía a verme, le daría dos euros. Si había venido a
verme, se iba a llevar una sorpresa. El único tiempo del indicativo que no
se puede utilizar en la prótasis es el futuro anterior (o antepretérito), pues
en la actualidad queda limitado a las oraciones temporales y su uso es en buena
medida literario (cuando hubieron llegado
al pueblo). Tampoco puede emplearse este tiempo en la apódosis.
Dos son los tipos
de oraciones condicionales en la lengua española actual: aquellas que expresan la condición
(prótasis) con el verbo en indicativo y las que la expresan con el verbo en
subjuntivo. Los gramáticos acostumbran denominar a las primeras de condición
real, y a las segundas, de condición
irreal, aunque la realidad o irrealidad ha de interpretarse con cierta
relatividad, puesto que toda condición es de por sí hipotética, circunstancial
o contingente. Entre si llega a tiempo el
avión, podremos hacer la conexión con el siguiente vuelo y si llegara a tiempo el avión, podríamos
hacer la conexión con el siguiente vuelo, la única diferencia es el matiz
más dubitativo de la segunda: es una distinción de grado, de probabilidad mayor
o menor, la que decide la preferencia por uno u otro modo de expresión.
1. Las llamadas oraciones de condición
real (con el verbo en indicativo) expresan en la prótasis con si un hecho real, probable o posible del
pasado, presente o futuro empleando un tiempo de indicativo (nunca futuro ni
condicional o potencial), mientras que en la apódosis aparece un tiempo de
indicativo, imperativo o subjuntivo: Si llaman a la
puerta, no abras. Pedro vendrá si yo se lo pido. Si Carmen ha venido mañana, la
recibiremos. Si no me despertaba yo, nadie hacía el desayuno. Quién sabe lo que hubiera pasado si no me marcho a tiempo. Si hace frío, ponte el abrigo.
Así pues, el esquema es el siguiente:
Prótasis: Cualquier tiempo de indicativo, menos el futuro anterior o antepretérito (hubo venido), los dos futuros y los dos condicionales (o potenciales).
Apódosis: Imperativo; cualquier tiempo
del indicativo, menos el futuro anterior o antepretérito; cualquier tiempo del
subjuntivo, menos los futuros.
Atendiendo a lo expuesto, se comprende de
inmediato que es un error construir oraciones condicionales como si te gustaría leer mi novela, lo puedes
hacer en digital o en papel. Lo correcto sería si quieres leer mi novela o, más dubitativo, si quisieras leer mi novela. Yendo más al grano, escribiríamos: ¿Quieres leer mi novela? ¿Te gustaría leer
mi novela? Este uso del verbo gustar con un condicional (o potencial) en la prótasis es un calco del inglés if you would like, que no tiene
traducción literal al español (si deseas,
si quieres, si te apetece… pero nunca un verbo en tiempo condicional, por
irónico que resulte). ¿Por qué es
correcto, en cambio, escribir me pregunto
si te gustaría acompañarme al cine? Está claro: el si introduce una oración interrogativa indirecta, no la prótasis de
una condicional. Son fáciles de distinguir, puesto que en las oraciones
interrogativas indirectas no hay ninguna condición que deba cumplirse
(prótasis) para que ocurra lo condicionado (apódosis).
No obstante, también ha de señalarse que en
la Nueva gramática de la lengua española de
la RAE, se establece una única excepción al veto del verbo en tiempo condicional en la
prótasis de una oración condicional: la llamada interpretación de cita. Este
caso poco frecuente ocurre cuando el uso del tiempo condicional no tiene valor
prospectivo (es decir, no hace referencia al futuro), sino que se limita a reproducir palabras que se acaban de pronunciar:
—Me gustaría tanto estudiar una carrera, pero no sé si me dará la
cabeza.
—Pues si tanto te gustaría, debes intentarlo.
2. En las oraciones
de condición irreal (con el verbo en subjuntivo), se
expresa en la prótasis un hecho que se estima no realizado en el pasado,
irrealizable en el presente o improbable en el futuro. Por tanto, la
consecuencia sigue el mismo patrón. Se emplea en la prótasis el imperfecto de
subjuntivo si la condición se refiere al presente o futuro, y el
pluscuamperfecto, si se refiere al pasado. En el caso de condición presente o
futura, se emplea en la apódosis el pretérito imperfecto de subjuntivo o el
condicional (potencial) simple, y el pluscuamperfecto de subjuntivo o el condicional (potencial) compuesto, para condición pasada: Si yo tuviera (o tuviese)
tiempo, leería el periódico. Sabrías
mucho más si hubieras (o hubieses)
estudiado a tiempo. Si hubiera (o hubiese) tenido vacaciones, Carmen se habría (o hubiera o hubiese) marchado a
París.
El esquema es el siguiente:
Prótasis: En el caso de presente y futuro, se utiliza el imperfecto de subjuntivo (formas –ra y –se); para el pasado, pluscuamperfecto de
subjuntivo (en sus dos formas).
Apódosis: En el caso de presente y futuro, se usa el pretérito imperfecto de subjuntivo o condicional (potencial) simple (formas –ra y –se); para el pasado, pluscuamperfecto de subjuntivo y condicional
(potencial) compuesto (formas –ra y –ría).
De lo expuesto hasta este punto, se desprende
que la simplificación esquemática si
hubiera… habría, aunque es la más habitual en la lengua culta actual en
España, no es la única posible para expresar una condición irreal. Los editores
y correctores de estilo deberían tener en cuenta que no hay motivo para
corregir a un escritor si prefiere escribir si
hubiera… hubiera o si hubiese… hubiese, ni si opta por el
resto de las combinaciones posibles.
La forma en –ra en la apódosis (si
tuviera dinero, yo comprara esta casa) resulta anticuada y solo aparece de
cuando en cuando en el lenguaje literario.
En lenguaje jurídico y arcaizante, todavía se
emplean las llamadas oraciones condicionales contingentes, esto es, condicionales reales de
futuro con la prótasis en futuro imperfecto o perfecto de subjuntivo: Si transcurrido el plazo no se presentare,
perderá sus derechos. A quien los jornaleros podrán reclamar sus salarios
atrasados si los hubiere. Riña a su hijo si hiciere burla de sus mayores. En
la apódosis se pueden emplear el presente de indicativo o subjuntivo, el
imperativo y el condicional (potencial).
Aunque la única conjunción condicional es si, existen en la lengua castellana más
modos de expresar condición. Se pueden emplear como condicionales, por ejemplo,
algunas conjunciones de otro origen y numerosas frases conjuntivas: como, cuando, siempre que, ya que, con tal
que, con solo que, con que, siempre y cuando, a no ser que. Estos ejemplos
lo demuestran: Como me enfade, me iré.
Cuando tú lo dices, será verdad. Con que me quisieras un poco, estaría
contento. Siempre y cuando tú estés conforme, lo firmaré.
Asimismo, se pueden emplear como prótasis
condicionales algunos giros creados con las formas no personales del verbo: el infinitivo precedido por de o a: De no ser cierto, tomaré medidas; el gerundio: Colaborando todos, saldremos
adelante; y el participio: Dado que
ataquen (o supuesto que ataquen), nos defenderemos.
Existen además otras oraciones introducidas
por si que a primera vista parecen
prótasis condicionales desprovistas de la apódosis correspondiente. Sin
embargo, no se trata de verdaderas elipsis, pues si se enunciara la apódosis,
el resultado tendría un significado distinto: ¿Has leído mi novela? Si no sabía que te la habían publicado… El
sentido que se evoca no es propiamente el condicional, sino un matiz entre lo
enfático y lo ponderativo.
En las oraciones interrogativas con si, las formas verbales empleadas son
futuros y pospretéritos (amaré, amaría,
habré amado, habría amado), que son precisamente incompatibles en las
prótasis condicionales. Consideremos los siguientes ejemplos: ¿Si estaré yo distraído que no te he sentido
llegar?¿Si habré visto yo visiones? Al suprimir la conjunción si, estas oraciones interrogativas
mantienen el sentido de las primeras pero pierden énfasis: ¿Estaré yo distraído que no te he sentido llegar? ¿Habré visto
visiones?
En las oraciones
exclamativas con si, se aprecian dos
tipos fundamentales. La estructura del primero coincide con el esquema propio
de la prótasis condicional y sustituye la presunta apódosis elidida con puntos
suspensivos que indican sugerencia: ¡Si
tu padre fuera más comprensivo…¡ ¡Si yo te contara…! ¡Si me hubieses
escuchado…! La estructura del segundo tipo coincide con la que presenta la
prótasis de las oraciones condicionales reales: las formas verbales son de
indicativo (amo, amaba, amé y los
compuestos he, había, hube cantado).
Con estos enunciados se expresa sorpresa, protesta, enfado: Si es un necio… ¿qué va a decir? Si no me
río… ¿cómo me iba a reír? ¡Si ya me lo estaba oliendo yo! Si eres un muñeco, si
tienes horchata en las venas, si nadie te respeta… ¡Pero si este muerto no ha
perdido ni el color! Si se suprimieran los puntos suspensivos en la primera
oración, no solo perdería énfasis, sino que variaría su significado: Si es un necio, ¿qué va a decir? ¿Y qué
sucede si se suprime la conjunción si en
oraciones como la cuarta y la quinta?: ¡Ya
me lo estaba yo oliendo! Eres un muñeco, tienes sangre de horchata en las
venas, nadie te respeta: ambas pierden expresividad y la última pasa de
recriminación más o menos enfadada a simple consignación de defectos.
En la escritura, como
en la vida, elementos que a simple vista parecerían muy poquita cosa y
prescindibles pueden obrar maravillas cuando se saben utilizar. La conjunción si es uno de ellos, a la vista está.
Termino por hoy evocando
una coletilla omnipresente en la lengua hablada y escrita de España hasta hace
no demasiados años. ¿Quién no ha escuchado o leído alguna vez Dios mediante?:
Mañana, Dios mediante, saldremos de vacaciones, por ejemplo. Esta
construcción absoluta de gerundio, que puede aparecer en posición inicial,
media o final dentro de la oración, significa si Dios lo permite o si Dios
quiere. Semejante en sentido es también la respuesta que se esperaba por
aquellos mismos años cuando se daban las buenas noches: Hasta mañana... Y aquí el interlocutor añadía casi siempre la
prótasis de una oración condicional.
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.
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