La lectura de un artículo dedicado a las debilidades que aquejan a la escritura académica y científica me ha impulsado a escribir acerca de estos tres verbos, a priori alejados en su significado y uso.
El verbo
partir, según recoge el Diccionario de la
lengua española académico, proviene
del latino partīri, que a su vez
deriva del sustantivo pars, partis (parte). Como transitivo,
significa en primer lugar dividir algo en dos o más partes (Partieron el queso en porciones iguales), pero también hender (esto
es, abrir o rajar: Se partió la cabeza
contra el poste); repartir o distribuir algo entre varios (Partieron la finca entre todos los primos);
romper o cascar huesos o cáscaras duras de los frutos para obtener su
interior (pasamos la tarde partiendo
nueces y almendras); cortar uno o más trozos de algo (Partió una rebanada de pan y dos lonchas de chorizo); en
matemáticas, dividir una cantidad por otra (Veinticinco
partido por cinco es igual a cinco); y causar un perjuicio grave o
destrozar (Su ausencia partió el plan de
defensa). Este mismo sentido tienen las frases hechas partir por el eje, que te parta un rayo o mal rayo te parta, mientras que la curiosa expresión partir
peras (con alguien) asume dos sentidos: romper relaciones o enemistarse (Si no estás de acuerdo, partimos peras y cada cual sigue su camino), que
es el más habitual en la actualidad, o
tratar a alguien con familiaridad y llaneza, del que apenas hay ejemplos de uso
en nuestros días. Para expresar gran armonía e intimidad, la frase hecha vigente
es estar a partir un piñón dos o más
personas (En lo tocante a las vacunas,
gobierno y oposición deberían estar a partir un piñón). Como verbo
intransitivo, partir puede significar
salir de un lugar o abandonarlo (Partieron al amanecer sin rumbo fijo); tomar
algo como base o punto inicial (De esa
idea parte la religión monoteísta); y en lenguaje coloquial y uso pronominal,
partirse es reírse a más no poder (Cuando pienso en su cara de asombro, es que
me parto). Por lo que respecta a la locución prepositiva a partir de, puede significar desde (A partir de mañana será obligatorio el uso
de mascarilla); contando desde (Es el quinto portal a partir de la esquina)
o tomando como base lo que se exprese (A
partir de esa premisa, la edad no debe suponer un obstáculo).
El verbo compartir
proviene del latino compartīri, es
decir, de partīri más la preposición prefijada cum- (con) y, por tanto, significa, en primer lugar, repartir,
dividir, distribuir algo en partes (Compartiremos
pérdidas y ganancias), pero también poseer, utilizar o consumir algo entre
varias personas (Ella y yo compartimos
habitación varios meses); entregar a alguien parte de algo que se posee (Compartió con su primo el helado) y
participar en sentimientos, estados de ánimo u opiniones ajenos (Compartimos su alegría por el premio.
Comparto su apreciación del problema). Como
se aprecia en los ejemplos, el verbo compartir es transitivo y va acompañado
por un complemento directo. Además, admite un complemento de régimen
introducido siempre por la preposición con
(Comparto con mis lectores estos poemas). La construcción gramatical es compartir algo con alguien. Ahora bien,
en las redes sociales, sobre todo en América Latina, ha surgido una variación
de uso, que se está generalizando, consistente en suprimir la preposición con y convertir el complemento de
régimen que introduce en indirecto (Les
comparto mis objeciones; te comparto esta canción). Su significado de participar en este caso se amplía a
enviar y permitir ver o consultar algo desde un emisor a un grupo de receptores
seleccionados. De momento, aquende el océano esta construcción sigue chirriando
en la escritura, pero puede que acabe aceptándose porque este mismo
desplazamiento u otros similares han
ocurrido en el caso de otros verbos (Les
comenté mis previsiones y Comenté con
ellas mis previsiones. Aclaró a los clientes lo sucedido y Aclaró con los clientes lo sucedido) y
están plenamente incorporados a la lengua culta.
Tres
verbos más provienen de la misma raíz latina. El primero es departir, formado con partīri más el prefijo de- para significar en principio partir o dividir separando bien
las partes; de ahí pasó a utilizarse con
el sentido de enseñar o explicar prolijamente y después ha acabado convertido
en un sinónimo culto de conversar argumentando (Si no llovía, salían al jardín, donde merendaban o departían acerca de
los sucesos de la capital). El segundo verbo es impartir, que se origina de la misma raíz partīri más el prefijo in-
para significar dar, repartir o
comunicar algo, en especial de carácter no material (Estas son las asignaturas que quedan por impartir. Es preciso
garantizar que se impartirá justicia ). El tercer verbo es repartir, que antepone a la raíz verbal partīri el prefijo reiterativo re- para significar distribuir en partes,
además de clasificar u ordenar; entregar
a personas distintas lo que han encargado o han de recibir; distribuir de manera uniforme una materia sobre una superficie; colocar cada elemento en su sitio o destino, y
adjudicar los papeles de una obra dramática a los actores que la representarán.
Existe, asimismo, un onomatopéyico refrán castellano sobre este verbo que no necesita explicación: El que parte y reparte se queda con la mejor
parte.
El verbo participar, por último, proviene del latino participāre, a su vez derivado del sustantivo pars, partis (parte) y el verbo capĕre (tomar, agarrar). De ahí, su significado principal: tomar parte en algo. Como verbo intransitivo, significa además recibir una parte de algo (Todos participan del banquete); compartir las mismas opiniones, ideas, etc. (Participo de tus sospechas. Estas regiones participan del mismo clima), y tener parte en cierta empresa o estar asociado a ella (Mis hermanas también participan en esa sociedad limitada). Como verbo transitivo, participar significa comunicar, hacer saber, notificar e incluso advertir (El rector participó la nueva convocatoria de becas. Te participo que no me asustan tus amenazas). Parecería que este verbo no presenta ninguna dificultad de uso y, sin embargo, algo está sucediendo ante nuestros ojos… El sustantivo que le corresponde es participación, que equivale a comunicación, notificación o invitación. ¿Quién no ha recibido una participación de boda? Las familias patriarcales solían enviar un tarjetón impreso en el que aparecían arriba, separados a izquierda y derecha, el padre y la madre del novio, y el padre y la madre de la novia, y a continuación, en renglón aparte y centrado, el siguiente texto: participan el enlace (o la boda) de sus hijos. Sin embargo, ahora muchas de estas invitaciones clásicas convierten el verbo transitivo en intransitivo, y los padres ya no participan (comunican) el matrimonio de sus respectivos hijos, sino que participan en (toman parte) el matrimonio de esos mismos hijos. ¿Es un error debido a ignorancia o un cambio de perspectiva para dar a entender que los padres estarán presentes en un acontecimiento que les agrada, pero del cual ceden el protagonismo a sus hijos? Aunque he recibido varias invitaciones con este curioso cambio, no me he atrevido a preguntar a los contrayentes el motivo que lo ha provocado.
Al comienzo de este texto recurrí a la locución
latina a priori, que es la apropiada
cuando se desea establecer un punto de partida determinado antes de examinar el
asunto tratado. Su par es a posteriori, que
significa después de haber conocido el asunto de que se trate. Así pues, cabría
afirmar que aunque a priori los
verbos examinados podían parecer lejanos entre sí, a posteriori se ha demostrado que, cuando menos, comparten origen
en el sustantivo latino pars, partis. Esto
viene a colación porque en el artículo mencionado sobre las debilidades de la
escritura académica y científica se denunciaba que a menudo se utiliza a priori y a posteriori como ‘en primer lugar y a continuación o después’. No
creo haberlo encontrado nunca en mis numerosas correcciones de textos, pero
dejo constancia del error que supone por si a alguien le sirve de ayuda.
La lengua destrabada