lunes, 17 de junio de 2013

Usos y escritura de los prefijos y los sufijos


En la lengua castellana, pertenecen a la categoría gramatical de afijos las secuencias lingüísticas que se anteponen (prefijos) o posponen (sufijos) a las palabras o raíces para modificar su significado. Los prefijos son siempre átonos mientras que los sufijos son tónicos. Ambos carecen de independencia y deben ir unidos a la base léxica a la que aportan significado, formando nuevas palabras: hacer/deshacer (prefijo des-); árbol/arboleda (sufijo –eda). 

Prefijos

En su mayoría tienen origen grecolatino, como mono-, bi-, tri-, cuadr-, pluri-, multi-, poli-, con los que se forman palabras en las que se expresa una cantidad: monóculo, bicicleta, trimestral, cuadruplicar, pluriempleo, multicines, polideportivo. Con otros prefijos se niega el significado aportado por la raíz: apolítica, irreal, antisocial, disfunción, deslocalizar, contrarrevolución. Otros expresan repetición o insistencia: contraventana, retomar, requetelisto, recalentamiento, archiconocido; tamaño: macroconcierto, hipermercado, megafiesta, minifalda; o hacen referencia a un cargo, dignidad o condición: exministro, vicerrector, archidiócesis, subsecretaria; y otros más sirven para  formar verbos partiendo de sustantivos: ennoblecer, acartonar, entristecer. No deben confundirse los prefijos ante- (anterior) y anti- (opuesto, contrario), pues las palabras formadas tendrán un significado muy diferente: antediluviano, dicho de alguien que está muy anticuado, y antidiluviano, persona que está en contra del diluvio. Quedarían muchísimos más prefijos para establecer el inventario completo, pero basten los mencionados para entender su funcionamiento.

En lo referente a la acentuación, se aplican las reglas generales a la palabra prefijada resultante y no a la raíz; por tanto, llevará tilde o no según corresponda por ser aguda, llana, esdrújula o sobresdrújula: hipermétrope, antieconómico, ultratumba, sobrepeso, subempleo.

Asimismo, la palabra prefijada resultante debe escribirse atendiendo a las reglas generales: contrarrevolución (y no contrarevolución); contrarréplica (y no contraréplica); protorromance (y no protoromance); corresponsable (y no coresponsable);  contrarreloj (y no contrareloj); subregional (y no subrregional); subredes (y no subrredes).  Recuérdese que el sonido de r fuerte que no es inicial se escribe siempre rr, salvo cuando le precede b, s, l o n.

Cuando se añade un prefijo a un nombre propio para crear otro, la mayúscula se traslada a la inicial del nombre resultante: Prepirineo, Supermario, Trasalpes.

Como norma general, los prefijos se escriben unidos a la base si se trata de una palabra, pero separados con un espacio si es pluriverbal: exdecano, pero ex teniente coronel; proeuropeo, pero pro Angela Merkel; pro derechos humanos; anti pena de muerte. Como se puede comprobar por los ejemplos, los prefijos ex, anti y pro son los más propensos por su significado a aparecer en construcciones formadas por varias palabras, por lo cual en gramática se los conoce con la denominación de prefijos separables.

Cuando la  palabra base es una sigla, un número o un nombre propio, se intercala un guion entre el prefijo y esta: anti-OTAN, sub-16, pro-Europa. Cuando se coordinan prefijos, se añaden guiones si la base es una palabra y no se añaden si es pluriverbal: anti- y progermano; anti- y pro-Europa; anti y pro Angela Merkel.

La Real Academia recomienda simplificar las vocales dobles que surgen al añadir un prefijo cuando concurran estas tres condiciones: 1) se simplifica siempre en la pronunciación cuidada de la lengua oral; 2) el término se identifica sin dificultad y no confluye con otro existente de significado distinto; 3) no aparece una h entremedias: contratacar, antimperialista, antincendios, pero semiilegal, semihilo. Recuérdese en todo caso que se trata de una recomendación y no de una norma de obligado cumplimiento. Además, hay dos prefijos, co- y bio, que no permiten la simplificación de las vocales en ningún caso: cooperar; cooficial, coorganizar, biooceánico, bioorgánico.  Por su parte, los prefijos semi-, anti- y archi- tampoco permiten la simplificación de la doble vocal cuando se unen a palabras que ya comienzan por el prefijo i (de negación), pues cambiaría el significado: semiilegal; archiiletrado; semiinútil.

No se considera un prefijo la palabra no; por tanto, se escribe siempre separada y sin guion: el no fumador; la no violencia; la no beligerancia.

Se prefiere la forma pos- a post- con una sola excepción: cuando la palabra a la que se une este prefijo comience por –s para evitar dos s seguidas. Así, escribiremos posguerra, posdata, posdiluviano, posparto, posoperatorio, pero postsocialismo, postsindical, postsecesión.

En las palabras ya fijadas con el prefijo sin y el significado de «carencia», este se escribe junto; cuando se trata de palabras nuevas, se puede escribir junto o separado, pero no con guion: sinrazón, sinsabores, sinsentido, sinvergüenza, pero los sintecho o los sin techo; los simpapeles o los sin papeles; los sin tierra o los sintierra; hacer un «simpa» o hacer un «sin pa». Adviértase que al unir el prefijo a la palabra base se ha de cumplir siempre la regla general de escribir m ante p o b.

Cuando el prefijo sub- se une a una palabra que comienza por b, se conserva la doble consonante con dos excepciones, subranquial y subrigadier. Pero escribimos: subboreal, subbase.

También se recomienda simplificar el prefijo trans- a tras-, salvo cuando se une a palabras que empiezan por s: trascendente, trasoceánico, trasalpino, pero transexual, transiberiano.

A veces los prefijos absorben el valor completo de la palabra a la que se unen y pasan a sustituirla. Decimos voy al súper o te espero en el híper: en ambos casos escribimos estas  palabras con tilde porque ya no actúan como prefijos átonos y siguen las normas generales de acentuación. Ocurre lo mismo en el caso de nos lo pasamos súper. Asimismo, el uso frecuentísimo del prefijo tele como sustituto de «televisión» ha dado lugar a palabras como teleadicto, teleprogramas, telediario, en las que el prefijo tele ha perdido su significado griego originario de «lejos, a distancia» para pasar a significar llanamente «televisión». El prefijo ex no necesita unirse a marido o novio para que todos entendamos su significado: Me llevo muy bien con mis ex. Y como se puede comprobar en el ejemplo, en estos casos en los que se convierte en palabra independiente, en plural permanece invariable.  

Sufijos

Son muchísimos y siempre se escriben detrás de la raíz, aportando un significado que por sí solos no poseen. Además, son polivalentes: -ero puede significar profesión: panadero, o lugar donde se guarda o hace algo: monedero, tendedero; -ada hace referencia a un golpe fuerte pero también a una cualidad o conducta: pedrada, patada, asonada, cacicada; -or sirve para significar profesión y también lugar donde se desempeña algo: obrador, comedor, aparador, labrador, cantaor, escritor. El sufijo –ista que se emplea para formar palabras de profesiones es invariable y, por tanto, se dice el taxista y la taxista; el chapista y la chapista; el artista y la artista; y se debería decir el modista y la modista, aunque en este caso se emplee modisto por ultracorrección. El sufijo –oide añade a la raíz un matiz despectivo: humanoide, sentimentaloide; -ble indica capacidad, que puede ser: imperdible, entendible; -ción expresa acción y efecto: prohibición, sustracción.  

Con sufijos también se forman los gentilicios: con –ano, zaragozano, talaverano, calagurritano, asturiano; con –eco, guatemalteco, yucateco, chiapaneco; con -ense, ateniense, ilerdense, y así sucesivamente.  Hay prefijos además para formar los nombres de países y lugares: -ia, Italia, Galia; -landia, Finlandia, Islandia. Este último sufijo se utiliza mucho para crear nombres comerciales: Disneylandia, Zumolandia.

Los nombres diminutivos, aumentativos y despectivos se valen de sufijos para crearse: perrito, perrillo, perrete, perrazo, perrucho. A veces, algunos términos diminutivos y aumentativos cobran un significado propio diferente de la raíz y de los restantes diminutivos o aumentativos que les serían aplicables: pajarilla no es lo mismo que pajarita; ventanita no es lo mismo que ventanilla ni bolsillo lo mismo que bolsito; cucharaza no es lo mismo que cucharón, ojito que ojete, cajaza que cajón, jarrota que jarrón ni blusaza que blusón.

En un alarde de recursos, la lengua castellana permite convertir en diminutivo la palabra que ya es aumentativo: sala, salón, saloncito. O convertir un despectivo en diminutivo para darle un toque cariñoso: perrucho, perruchín; casucha, casuchita.

Y aquí termino esta entrada porque, como se puede apreciar, los sufijos ofrecen muchas posibilidades creativas que cada cual explorará por su cuenta, pero no presentan ninguna dificultad especial de escritura: las palabras resultantes se regirán siempre por las normas generales de todos conocidas.

La lengua destrabada
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8 comentarios:

  1. Gracias por esta nueva lección, Carmen. Veo que a pesar de cruzar el charco no te has olvidado de nosotros.

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    1. En este lado del charco seguiré con el blog, Mercedes, como ya te dije, aunque con entradas más suaves. Espero que os sigan interesando. Un abrazo.

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  2. Que quieres decir con entradas mas suaves? Gracias por otra leccion tan instructiva. Y paro ya porque a mi tambien me duele no poner acentos. Un abrazo.

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    1. Bueno, Carmen, la entrada es más suave en primer lugar porque es más corta y después porque no he tenido que cotejar tropecientas gramáticas y libros de estilo para escribirla. Aquí eso me resulta imposible porque la biblioteca de Columbia en estos asuntos es infinitamente más pobre que la mía personal que se ha quedado en Pozuelo. Eso me hace pensar en las ventajas del libro digital. Todos los que están en mi Kindle han venido conmigo, lo cual es estupendo, mientras que los de papel se han quedado solitos al otro lado del charco, inservibles, abandonados y acumulando polvo. Un abrazo, tocaya.

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  3. Me gusta mucho tu blog. Aprendo mucho. Gracias.

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    1. No sabes cómo me alegran tus palabras, Aurora. Y gracias a ti por pasarte a leer mis entradas. Un abrazo.

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  4. Carmen Martínez: Gracias a tu blog, estoy dejando de decir que el 99% del internet no tiene utilidad.

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    1. Pues me alegro mucho. Yo pienso que Internet es un medio que sirve para muchísimos fines y hay de todo: cosas excelentes y otras malas. Buscando, siempre se encuentran cosas buenas.

      Gracias por tus palabras y por pasarte a leer.

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