miércoles, 27 de octubre de 2021

Los conectores o marcadores del discurso: claves de uso

Se conocen también como organizadores discursivos porque su cometido es ese: indicar las conexiones que van encadenando los diferentes componentes de un texto a fin de explicitar su sentido y facilitar la comprensión. Debe tenerse presente que no constituyen una unidad gramatical agregable al paradigma de las clases tradicionales de palabras, como verbo, conjunción o sustantivo, por ejemplo: los conectores/marcadores del discurso pueden ser conjunciones y adverbios (aunque; pero; pues; igualmente; luego; entonces…); locuciones conjuntivas o adverbiales (en efecto; de modo semejante; por una parte… por otra; en primer lugar; por consiguiente; no solo…, sino también) e incluso sintagmas nominales, verbales o preposicionales (es evidente que…; para simplificar…; dicho de otro modo…; sin ir más lejos…; en caso de que…; habida cuenta que…). En definitiva, se trata de un concepto discursivo o textual más que gramatical, cuyo estudio se ha desarrollado en la pragmática y la lingüística del discurso o texto contemporáneas.

Un mismo conector/marcador puede expresar diversas relaciones lógico-semánticas. ‘En realidad’, por ejemplo, se utiliza para introducir una precisión (La admitieron como becaria; traductora, en realidad), pero también puede asumir un sentido contraargumentativo, cercano a ‘por el contrario’, para reorientar el discurso precedente (La felicidad no está asociada a la riqueza; depende, en realidad, de un humor íntimo, secreto) o interpretarse como la declaración de una rectificación (En realidad, los incrementos salariales nunca estuvieron en discusión). Es posible formular una relación lógico-semántica semejante o aproximada mediante diferentes conectores/marcadores: La propuesta, con todo, supera lo previsto. Aun así, la propuesta supera lo previsto. No obstante, la propuesta supera lo previsto. Sin embargo, de las dos consideraciones previas no cabe deducir que los conectores/marcadores sean siempre intercambiables: tomemos como ilustración ‘a propósito’ y ‘por cierto’, conectores/marcadores con los que se introduce una digresión o un inciso marginal (Son unos presupuestos que, por cierto, no se llegaron a aprobar. A propósito, esos presupuestos no se llegaron a aprobar. A propósito de esos presupuestos, es necesario destacar que no se llegaron a aprobar). Si se realizara la sustitución de un conector por otro sin modificar la redacción, el significado variaría, pasando de digresión a afirmación de voluntad (Son unos presupuestos que, a propósito, no se llegaron a aprobar). Asimismo, debe tenerse presente que ‘por cierto’ puede utilizarse para añadir énfasis a una afirmación o negación (¿Supondría su renuncia que no se firmaran los acuerdos? No, por cierto. Sí, por cierto, era extraño ese interés hacia cuestiones de doctrina) y su sentido se aproximaría a  ‘de ningún modo’ o ‘sin duda’, según se trate de afirmar o negar.

De lo hasta aquí expuesto se infiere la importancia del contexto para comprender el significado preciso de un conector. Interesa tener en cuenta, en lo tocante al contexto, el registro al que pertenecen los diversos conectores/marcadores de una misma categoría de sentido: ‘total’; ‘para no hacer el cuento largo’; ‘en resumidas cuentas’; ‘en síntesis’ y ‘en suma’, por ejemplo, son todos conectores/marcadores recapitulativos, pero parten de un registro más coloquial (‘total’; para no hacer el cuento largo’: Total, que no cenamos hasta bien entrada la noche. Para no hacer el cuento largo, cenamos bien entrada la noche) para llegar al más formal o culto (‘en síntesis’; ‘en suma’: En síntesis, la economía no logró crecer debido a la pandemia. En suma, la economía no logró crecer debido a la pandemia).       

Jamás debe utilizarse ninguno por criterios espurios de relleno o supuesta erudición. Al elegir un conector/marcador, es primordial asegurarse de que existe una conexión lógica entre los elementos (párrafos, oraciones) que se pretende enlazar. Considérense al respecto el siguiente párrafo, extraído de un libro acerca de la locura:

Los antiguos griegos y romanos ya sintieron la necesidad de comprender el funcionamiento de su propio ser. Para ello, no solo se interesaron por dar respuesta a esta cuestión desde un ámbito fisiológico o anatómico, sino que el funcionamiento de la mente humana constituyó un amplio misterio. De esta forma, ¿qué ocurría cuando la mente humana no actuaba según los parámetros que la sociedad esperaba? 

Tras la primera oración de construcción impecable, bajo el lenguaje de apariencia erudita y el recurso a conectores/marcadores de diversa índole, se esconden flagrantes anacolutos (truncamiento de construcciones sintácticas; ausencia de lógica discursiva) que dificultan el entendimiento de lo escrito. ¿A qué hace referencia para ello? ¿A qué cuestión no planteada se pretende dar respuesta? ¿Por qué se inicia una estructura sintáctica con no solo ―cuyo sujeto tácito es los antiguos griegos y romanos― que después se abandona ―cambiando el sujeto del segundo elemento por el funcionamiento de la mente humana―? ¿Cuál es el antecedente al que hace referencia el conector/marcador consecutivo de esta forma? Una corrección de las varias posibles para aportar cohesión y coherencia suprimiría todo lo superfluo y puliría  las oraciones como sigue:

Los antiguos griegos y romanos ya sintieron la necesidad de comprender el funcionamiento de su propio ser. No solo se interesaron por estudiar la naturaleza humana desde un ámbito fisiológico y anatómico, sino también desde el funcionamiento de su mente, que constituía un misterio. ¿Qué ocurría cuando la mente humana no actuaba según los parámetros que la sociedad esperaba? 

La construcción correlativa no solo…, sino (también), utilizada para resaltar aspectos de una idea o para añadir nuevos datos a su desarrollo, exige un mismo sujeto para ambos elementos (Los isleños no solo perdieron las casas, sino también las cosechas. La abeja obrera no solo debe ser laboriosa, sino parecerlo). Cuando el verbo no es el mismo en ambos elementos constituyentes, es necesario añadir la conjunción que en el segundo: Los marineros no solo alejaban de sus casas a los condenados, sino que los sometían a toda clase de torturas. Y recuérdese que la correlación canónica siempre es no solo…, sino (también), separando ambos elementos mediante coma. Es un anglicismo recurrir a pero en lugar de sino.

Buena parte de los conectores/marcadores de ordenación (de una parte,/de otra; en primer lugar,/en segundo lugar…; en primer término,/en segundo término…; por un lado,/por otro) exigen continuidad en la redacción. Es un anacoluto frecuente comenzar con una ordenación determinada y olvidarla antes de su conclusión:

El mapa conceptual consiste, básicamente, en situar un concepto, idea o título provisional en el centro del esquema y, partiendo de ahí, desarrollar cuatro ramas que corresponderán, de una parte, a personajes y argumento, así como a escenarios y líneas temporales. En este sentido, una vez armado este sencillo esqueleto, comienza la elaboración del esbozo como tal, añadiendo ideas sobre personajes y argumento. Por lo que respecta a las líneas temporales, primero se divide el material entre  antecedentes, trama principal y tramas secundarias; también se anotan los acontecimientos subyacentes que no se mostrarán en la novela. Trazando flechas entre las cuatro ramas del mapa conceptual, se establecen las conexiones pertinentes entre todos sus componentes.

De los conectores/marcadores subrayados en el texto ilustrativo, ‘de una parte’ exige la continuación de la correlación, por lo cual ‘así como’ debería corregirse por ‘de otra parte’. El omnipresente ‘en este sentido’ carece de antecedente lógico que lo justifique y ha de suprimirse. Por último, el proceso organizativo iniciado con primero requiere continuación. Con las correcciones oportunas ―en las que la puntuación asume un papel primordial―, el texto se leería de este modo:

El mapa conceptual consiste, básicamente, en situar un concepto, idea o título provisional en el centro del esquema y, partiendo de ahí, desarrollar cuatro ramas que corresponderán, de una parte, a personajes y argumento; de otra, a escenarios y líneas temporales. Una vez armado este sencillo esqueleto, comienza la elaboración del esbozo como tal, añadiendo ideas sobre personajes y argumento. Por lo que respecta a las líneas temporales, primero se divide el material entre  antecedentes, trama principal y tramas secundarias, y después se anotan los acontecimientos subyacentes que no se mostrarán en la novela. Para finalizar, trazando flechas entre las cuatro ramas del mapa conceptual, se establecen las conexiones pertinentes entre todos sus componentes.

Una puntuación adecuada es la aliada indispensable de todo conector/marcador para que pueda desarrollar su potencial pleno. El lugar que ocupe dentro del enunciado determinará su asociación con la coma; el punto y coma; los dos puntos y el punto y seguido, como puede apreciarse en los ejemplos aportados a lo largo de este texto. Conviene destacar que en los entonos interrogativos, los conectores/marcadores situados al comienzo del enunciado quedan fuera de los signos de interrogación: Sin embargo, ¿limitará la posibilidad de almacenamiento el factor humedad? A pesar de todo, ¿cómo dudar de las intenciones del juez? Pero ¿por qué no ampliamos el horario de visitas? (nótese que no se escribe coma entre la conjunción ‘pero’ y el signo de interrogación). Así pues, ¿una dieta adecuada proporciona todos los nutrientes necesarios? Por lo tanto, ¿consideran que aún es prematuro suprimir el veto? En todos los ejemplos citados, menos el iniciado con ‘pero’, un cambio de lugar colocaría al conector/marcador dentro de los signos de interrogación a costa de perder visibilidad: ¿Limitará, sin embargo, la posibilidad de almacenamiento…?¿Cómo dudar, a pesar de todo, de…?¿Una dieta adecuada proporciona, así pues,…?¿Consideran, por lo tanto, que…? Algunos conectores/marcadores aceptarían una posición final en el enunciado interrogativo y también quedarían dentro de los signos de interrogación, pero no es un uso habitual porque malgastan en buena medida su condición de marcadores: ¿Cómo dudar de las intenciones del juez, a pesar de todo? ¿Consideran que aún es prematuro suprimir el veto, por lo tanto?      

Existen muchos repertorios que recogen y sistematizan por interpretaciones y usos los abundantes conectores/marcadores a los que es posible recurrir en nuestra lengua. La Real Academia presenta en su Nueva gramática de la lengua española (Madrid: Espasa, 2009) uno de los más concisos pero útil por su sencillez. Atendiendo a sus rasgos semánticos, pueden ser:

·          Aditivos y de precisión o particularización (a decir verdad; asimismo; de hecho; es más; sobre todo…).

·          Adversativos y contraargumentativos (ahora bien; antes al contrario; no obstante; en cambio…).

·          Concesivos (con todo; de cualquier manera;  en cualquier caso…).

·          Consecutivos e ilativos (así pues; por consiguiente; por ende; de este modo…).

·          De apoyo argumentativo (así las cosas; dicho esto; pues bien; en ese sentido…).

·          De ordenación (a continuación; ante todo; de entrada; para comenzar…).

·          Digresivos (a propósito; a todo esto; dicho sea de paso, por cierto…).

·          Ejemplificativos (así; por ejemplo; verbigracia…).

·          Explicativos (a saber; o sea; esto es, dicho sea…).

·          Recapitulativos (al fin y al cabo; a fin de cuentas; así pues; en conclusión…).

·          Rectificativos (mejor dicho; más bien; por mejor decir…).

·          Reformuladores (en otras palabras; dicho de otro modo; en otros términos; expresado más llanamente…).

Como conclusión de este repaso, es pertinente recalcar que, tal como ilustran los textos arriba corregidos, no siempre está indicado el uso de conectores/marcadores textuales. La disposición lineal del texto y la puntuación ponen en relación unos enunciados con otros y permiten establecer en la lectura los enlaces oportunos, siempre que se mantenga la lógica discursiva. Para determinar si procede recurrir a un marcador o conector textual, resulta práctico vigilar los criterios siguientes:

·    Su presencia está justificada porque aclara un sentido de lo contrario ambiguo.

·    Es el idóneo por su significado para expresar la relación o vinculación deseada.

·    Aparece situado en el lugar preciso para cumplir su función, acompañado de la puntuación correspondiente.

·    No va antes ni después de otros marcadores en una especie de escritura en serie del tipo pero, no obstante, ciertamente, en efecto…

·    No se repite cerca el mismo marcador ni su uso en el texto es abusivo.

 Y como ocurre con toda elección de vocabulario, jamás se debe utilizar un conector/marcador cuyo significado se desconozca. Los diccionarios son la lectura clave para dominarlos.  

© Partes de este artículo están extraídas de mis dos manuales de escritura, La lengua destrabada (Madrid: Marcial Pons, 2017) y Breviario de escritura académica (Gijón: Trea, 2021), donde se trata la materia desde una perspectiva más amplia. 


 


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