jueves, 20 de junio de 2019

La coma de elisión en español: claves de uso

coma elíptica
La tercera acepción del verbo elidir que registra el Diccionario de la lengua española académico es la siguiente: «Suprimir algún elemento lingüístico del discurso, sin contradicción con las reglas gramaticales; p. ej., Juan estudia matemáticas y su hermano (estudia) química». Los sustantivos que se corresponden con este verbo son elipsis y elisión; los adjetivos, elidido/a y elíptico/a. Este último adjetivo también puede corresponderse con el sustantivo elipse y, por tanto, significar «perteneciente o relativo a la elipse; de forma de elipse o parecido a ella».

El gramático y humanista Francisco Sánchez de las Brozas, conocido como El Brocense, fue el primero en la tradición occidental en estudiar la elipsis como un recurso gramatical propio y en desarrollar una teoría completa al respecto. En 1587 propuso la siguiente definición: «la elipsis es la falta de una palabra o de varias en una construcción correcta» (Minerva, IV, 1, Madrid: Cátedra, 1976). La extensa gama de construcciones que presentan fenómenos de elipsis comparten un mismo objetivo: evitar o reducir la redundancia mediante dicho mecanismo: El discurso del presidente fue más largo que el [discurso] tuyo. Andrés vendrá a comer, pero Ana no sabe a qué hora [vendrá].  Aunque nadie ha visto a Luis, todos piensan que [Luis] irá a la fiesta.  Clara tiene mal carácter, pero Ernesto [tiene] todavía peor. Aunque existen algunos fallos, no sabemos cuáles [fallos].

No hay ningún signo de puntuación propio de la elisión, salvo la coma, cuyo uso está restringido a indicar la ausencia del verbo en determinadas circunstancias que se enumeran a continuación:

·       Separar en la escritura el sujeto de los complementos verbales, marcando el lugar de un verbo tácito o sobrentendido: Las madres y sus acompañantes, por la puerta de la derecha. Cinco por cinco, veinticinco. Tu discurso, excelente.
·       En construcciones con un paralelismo sintáctico exacto, coordinadas mediante y, ni y pero, señalar la elisión del verbo, e incluso alguno de sus complementos, en la segunda oración: Mis hijas estudiaron en Londres, y sus primas, en Chicago. Una de las concursantes tocaba la guitarra a la perfección, pero la otra, solo regular. Ni el profesor de latín sabía enseñarnos esa lengua, ni el de matemáticas, qué hacer con los números. A Isabel le gusta terminar la comida con un helado, y a Helena, con una fruta.
·       En refranes o dichos bimembres que presentan una estructura sujeto-predicado pero carecen de un verbo conjugado en forma personal, marcar el lugar que le correspondería: De tal palo, tal astilla. Aceituna, una. Arreboles al oriente, agua amaneciente. Año de nieves, año de bienes.
·       En titulares de prensa y eslóganes publicitarios, indicar la posición del verbo tácito o sobrentendido: La selección femenina de fútbol, de visita oficial en Brasil. Murcia, ciudad  abierta. Nadal, victoria incuestionable. Museo del Prado, arte en movimiento. El tiempo presente, pasado o futuro del verbo tácito vendrá dado por el contexto lógico. 

No obstante lo expuesto, debe tenerse presente que existen determinados enunciados, por lo general breves, carentes de verbo de manera natural, por lo cual no precisan ni admiten que se escriba coma de elisión o elíptica en ningún lugar: ¿Nueva presidenta en la empresa? ¡California en llamas! Prohibido el consumo de anabolizantes. Juntas contra la violencia de género. Ocurre sobre todo en preguntas retóricas, enunciados exclamativos, titulares, pies de fotos, eslóganes, lemas, títulos de obras artísticas y similares: Diez muertos por accidente de coche. La reina Letizia con la nobleza británica. ¡A la cárcel con él!

Además, la coma de elisión verbal en construcciones paralelas no siempre es necesaria. En construcciones simples puede omitirse si su ausencia no oscurece el sentido: Laura viajó a París y Alberto a Londres. Deben comunicar a la dirección quiénes piensan tomar las vacaciones en verano y quiénes en otoño. Yo podría encargarme de las ensaladas y tú de los aperitivos. Clara regaló a Inés  una orquídea y Ana a Eva una azucena. A veces, la escritura o no de coma de elisión se convierte en una cuestión de estilo, incluso en titulares de periódico: La ministra de Educación, antes de subir al avión, o bien: La ministra de Educación antes de subir al avión. Pero, con cierta frecuencia, la elección de la puntuación incide en el significado que se trasmite: Envía un ramo de rosas; si no lo encuentras, de claveles, frente a envía un ramo de rosas si no lo encuentras de claveles.

En elipsis múltiples de construcciones paralelas en yuxtaposición, la coma separadora se sustituye por punto y coma: Algunas tardes íbamos a la playa; otras, a pasear por el puerto. También se escribe punto y coma como separación cuando los elementos de una enumeración son largos o complejos, o incluyen puntuación interna: Laura sabe de vender vino; Isabel, de llevar las cuentas; Amanda, de ampliar la clientela, y Luisa, de organizar la publicidad. Como se aprecia en el ejemplo, la última oración coordinada con verbo elidido vuelve a recuperar la coma enumerativa delante de la conjunción copulativa y, aunque también se considera correcto continuar con punto y coma. A este respecto, es necesario recalcar que en oraciones paralelas copulativas siempre es obligatorio escribir coma delante de la conjunción y cuando se recurre a la coma de elisión: En Barcelona, elegimos un hotel en la Diagonal, y en Madrid, en la Castellana. No es correcta la redacción siguiente, muy habitual:   En Barcelona, elegimos un hotel en la Diagonal y en Madrid, en la Castellana.

Consideremos ahora este texto: El milano negro, el alcaudón común, el papamoscas gris y la cigüeñuela real son aves de paso. Y el martín pescador, el ánade real, el pájaro moscón y la cigüeña blanca, especies sedentarias. Cada vez se extiende más el recurso al punto y seguido en enumeraciones largas, en lugar del preceptivo punto y coma, para separar la segunda estructura paralela coordinada con verbo elidido. Puesto que en casos muy complejos de escritura sería una opción aceptable, no cabría afirmar taxativamente que se trata de un uso indebido, pero sí que las más de las veces da como resultado una redacción innecesaria y extraña.  

Termino reiterando que la elipsis es el procedimiento gramatical opuesto a la redundancia, y que ambas, con todas sus particularidades, tienen mucho que decir sobre el estilo de quien escribe. Pero eso es harina de otro costal, a cuyo cernido puede que dedique un espacio futuro.  


La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.  

  




    


¿Te gusta este blog? Te animo a leer alguna de mis novelas

8 comentarios:

  1. Estupenda entrada, Carmen, como siempre.
    Con tu permiso, la divulgo.
    Gracias.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  2. Felicidades. Un cordial saludo, Dra. Isabel María Presa Terrón ( Profesora Internacional de Español)

    ResponderEliminar
  3. Realmente, excelente, muy claro y sencillo, muy pedagógico.
    Gracias

    ResponderEliminar
  4. Me Gustaron las cosas q leí

    ResponderEliminar