La división de las palabras
Al escribir en español, cuando por
motivos de espacio es necesario partir una palabra al final de la línea, se
utiliza el guion (-) y se debe
prestar especial atención a no separar las letras de una misma sílaba.
La sílaba es el grupo mínimo de sonidos con estructura interna que
interviene en la formación de nuestras palabras. En español hay palabras monosílabas (fe; don; fue; mal), bisílabas
(croar; bledo; marco; potro), trisílabas (tijeras; castillo; problema; contraluz) o polisílabas (periódico;
manirroto; sintomatología; perdiguero). Toda sílaba posee un núcleo
obligatorio, que siempre es una vocal, y un acompañamiento opcional, que recibe
diversos nombres (márgenes; inicio; coda) y es consonántico (a-ma-po-la;
or-ques-ta; i-lu-sión; bar-ba-co-a). Como se comprueba en los ejemplos
anteriores, la sílaba puede constar de una sola letra (vocal) o de varias
(vocales y consonantes).
Dentro de una sílaba, los diptongos y triptongos constituyen núcleos complejos. Los primeros son
conjuntos de dos vocales inseparables abierta (a, e, o) y cerrada (i, u)
o dos cerradas pertenecientes a la misma sílaba (mie-do; cui-dado; nue-vo; gua-pa); y los segundos, conjuntos de
tres vocales inseparables dentro de una misma sílaba en combinaciones de dos
vocales cerradas (i, u) con una
abierta (a, e, o) que aparece siempre
en el centro (buey; guau; miau). Pero
también hay palabras en las que dos vocales que van seguidas no forman parte de
la misma sílaba, sino de dos diferentes consecutivas: esta particularidad se
denomina hiato y ocurre siempre que
se trata de dos vocales abiertas, sean distintas (cre-ar; pe-ón; ro-er; pa-e-lla) o la misma (a-za-har; cre-er; pro-ve-er). También ocurre un hiato cuando se da
la combinación de una vocal abierta átona con otra cerrada tónica o viceversa (ba-úl; dí-a; re-ís; e-va-lú-o; lí-o).
Recuérdese que las divisiones de las
palabras efectuadas hasta ahora son silábicas. Las particiones ortográficas a
final de una línea son algo más complejas y no siempre coincidentes con las
silábicas. Las ortográficas se rigen por las limitaciones que se exponen a
continuación:
·
Dos o más vocales seguidas, prescindiendo de que formen diptongo,
triptongo o hiato, no se separan nunca (cau-sa;
tuer-to; boa-to; averi-güéis; esta-bais).
·
Cuando se trata de palabras compuestas o con prefijos que se reconocen
fácilmente, existen dos posibilidades: partir las palabras atendiendo a las
sílabas (de-sarmar; ma-lintencionado;
extraor-dinario; rom-pehielos; su-balmirante; noso-tros; vein-tiocho) o
separando sus constituyentes (des-armar;
mal-intencionado; extra-ordinario; rompe-hielos; sub-almirante; nos-otros;
veinti-ocho).
·
Si la palabra lleva una h intercalada,
se procederá como si no existiera dicha letra muda a efectos de la división (búho; almoha-da; al-bahaca; alhe-lí;
cohe-cho; rehén). En el caso de palabras compuestas, se puede elegir partir
o no la palabra por sus constituyentes (re-hacer
o reha-cer; des-ahuciar o desahu-ciar; des-hielo o deshie-lo; infra-humano o infrahu-mano).
·
Nunca se escribirá una vocal sola al final de línea aunque constituya
la primera sílaba de la palabra (ener-gía
y no e-nergía; ana-coluto y no a-nacoluto). Sin embargo, cuando la
vocal que forma la primera sílaba va precedida por una h, sí puede ocupar el final de la línea (hi-landera; he-rida; hu-mareda).
·
La letra x es indisociable
de la vocal que la sigue, con la que forma sílaba (pró-ximo; Mé-xico). Si es una consonante la que va después, la x forma sílaba con la vocal anterior (ex-tranjero; ex-cursión). Adviértase, no
obstante, que palabras como examen,
axioma u oxígeno no permiten más que la partición tras la
segunda sílaba a final de línea, puesto que no puede quedar sola la primera
sílaba vocálica (exa-men; axio-ma;
oxí-geno).
·
Los dígrafos ch, ll y rr son indivisibles a final de línea
porque representan un solo sonido (cabe-llo;
vi-rrey; estu-che). Ahora bien, existe una salvedad: cuando la erre doble
es resultado de anteponer a una palabra que comienza por r un prefijo o elemento
compositivo que acaba por esa misma letra (ciber-;
hiper-; inter-; super-), es posible partir dicha palabra dividiendo las
erres (ciber-república; hiper-realismo;
inter-regional; super-racional). Cuando la doble erre resulta de anteponer
un prefijo o elemento compositivo a una palabra que comienza por r, debe mantenerse el dígrafo si se
elige la partición por componentes (infra-rrojo;
vice-rrector; para-rrayos; guarda-rraíl). No obstante, son muchos los que
evitan partir la palabra de ese modo por motivos estrictamente estéticos.
·
Si una palabra contiene dos consonantes seguidas, cada una se junta
con la vocal inmediata (can-ti-na;
as-pec-to; ac-ción) y, por tanto, su partición se efectuará atendiendo a
dichas sílabas. Sin embargo, cuando forman grupo, esto es, cuando la segunda
consonante es l o r y la primera b, c, d, f, g, p, t, no cabe división porque siempre inician sílaba
y forman un único sonido (ablan-dar;
de-cla-mar; so-freír). La única excepción es la unión de br y bl cuando se produce al añadir un prefijo a otra palabra con
significado independiente: puesto que en este caso cada consonante pertenece a
una sílaba diferente, la división se efectúa por componentes (sub-rayar; ab-rogar; sub-lunar).
·
Cuando hay tres consonantes entre dos vocales, las dos primeras van
con la vocal que las precede y la tercera con la siguiente, a no ser que se trate de l o r, en cuyo caso las
dos últimas se unen a la vocal que las sigue (cons-ti-tu-ción, in-tru-so, sim-ple).
·
Si las consonantes son cuatro entre dos vocales, las dos primeras se
agrupan con la vocal que las precede y las dos restantes con la siguiente (ins-tru-men-to; cons-truc-ción).
·
La secuencia consonántica tl admite
en la actualidad dos pronunciaciones: la mayoría de los hispanohablantes
europeos prefiere la división en dos sílabas (at-leta; At-lántico), mientras que los hispanohablantes mexicanos y
de otras zonas de América Latina con influencia del náhuatl la consideran una
sola (atle-ta; Atlán-tico). Ambas
particiones están admitidas por las Academias de la Lengua.
·
En lo tocante a palabras extranjeras dentro de un texto escrito en
español, no existe consenso. Se suele recomendar no dividirlas a final de línea
a no ser que se conozcan las reglas al respecto de la lengua original, pero
también hay quienes defienden que su partición debe atenerse a la normativa del
español.
·
Las palabras compuestas que llevan guion solo deben partirse por él a
final de línea (teórico-práctico;
bomba-trampa; crédito-vivienda; ciudad-dormitorio). El Diccionario panhispánico de dudas sugiere repetir el guion a
comienzo de la línea siguiente para señalar que no se trata solo del
ortográfico, pero resulta innecesario y antiestético. Es ajeno a nuestras
normas tipográficas y no parece emplearse en la mayoría de los sellos
editoriales.
·
No se dividen nunca en líneas diferentes abreviaturas ni siglas. La
única excepción son los acrónimos que ya se han incorporado al lenguaje como
nombres comunes o propios (lá-ser;
ov-nis; ra-dar; Ren-fe; Unes-co; Inter-pol).
·
Las cifras y números, sean romanos o arábigos, deben escribirse
completos en una misma línea junto al nombre al que se refieren (Felipe II; 230 000 euros y no Felipe / II; 230 000 / euros).
Además, en una composición
tipográfica de textos cuidada, se ha de prestar atención a lo siguiente:
·
Debe evitarse partir las palabras de cuatro letras (como; dado; casa…), salvo en medidas de
página muy cortas.
·
Se suprimirán en lo posible las divisiones de palabras por cuyo efecto
queden a final o principio de línea dos sílabas iguales seguidas (que que-maba; se se-ñaló; miró las las-cas
de piedra).
·
No son admisibles las particiones de palabras que den lugar a
expresiones malsonantes (ano-dino;
tubér-culo; Chi-cago; puta-tivo) ni las que puedan ocasionar malentendidos
(es-timado por sus amigos).
·
Se evitarán más de tres divisiones de palabras seguidas a final de
renglón y no se permitirán dos seguidas iguales.
·
Después de punto y seguido, se procurará que no quede a final de línea
una sílaba inferior a tres letras, lo que incluye todas las vocales, así como
la conjunción y, y palabras como el, la, lo, si, etc. (Iremos al cine. Me-rendaremos
por ahí. Mejor: Iremos al cine.
Meren-daremos por ahí).
·
La última línea de un párrafo ha de tener más de cinco letras (o
caracteres), aparte del signo de puntuación que corresponda. En tipografía
clásica, se denomina línea ladrona a
la inferior a dicho tamaño y, por lo general, se gana.
¿Para qué preocuparnos por la
división de las palabras cuando, las más de las veces, escribimos con nuestro ordenador o
computadora y el programa se encarga de eso sin esfuerzo? Muy sencillo: si no
dominamos este aspecto de nuestra lengua, no detectaremos los errores y quedaremos
a merced de lo que dicten programas que no siempre están diseñados para
producir textos de calidad en español. Si no dominamos la partición de las
palabras a final de línea, seremos incapaces de gestionar como se debe los
espacios dentro de una página y surgirán las omnipresentes calles o ríos que tanto afean una composición y
la señalan como poco profesional. Pero de esto y mucho más hablaremos en otra
entrada, dedicada a la composición para impresión, ya sea como documento PDF
o en papel.
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