Mirando por un ojo de buey |
Se dice que no es fácil de utilizar
y que su abuso denota pobreza de
recursos. Azorín llegó a afirmar que con los gerundios se escribía siempre «a
lo manga por hombro», y son muchos los que aconsejan prescindir de él. Sin
embargo, el gerundio tiene sus usos específicos y con frecuencia es la mejor
opción, y la más literaria, para expresar con precisión lo que deseamos. No es
lo mismo escribir, por ejemplo, leí la tarde entera que estuve leyendo la tarde entera. Ni
tampoco es lo mismo subiendo la cuesta,
llegué a la iglesia que subí la
cuesta y llegué a la iglesia. Por supuesto, tampoco significa lo mismo salió dando un portazo que salió y dio un portazo.
Antes de considerar los motivos
por los que es tan denostado, realicemos un breve repaso por sus modalidades principales, que son
tres, con algunas subdivisiones: gerundio en oración independiente, también
llamado perifrástico, gerundio absoluto y
gerundio en oración subordinada o construcción conjunta.
El
gerundio en oración independiente o
perifrástico va acompañado del verbo estar
u otro auxiliar de valor equivalente
para crear la forma durativa: Estaba
leyendo el periódico. Mañana a estas horas estarás viajando en el tren. Pasé estudiando
toda la noche.
En estas oraciones, si el
gerundio lleva un pronombre enclítico como complemento, también puede aplicarse
al verbo auxiliar: Estaba mirándola; la
estaba mirando. Lo estuve empujando por la calle; estuve empujándolo por la
calle.
Algunas expresiones de gerundio
con el verbo estar no son propiamente
formas verbales compuestas, pues el gerundio cumple en ellas una función
atributiva en sustitución de un adjetivo: La
ropa está chorreando; la leche estaba abrasando.
El
gerundio en construcción absoluta es
independiente del resto del periodo en el que aparece y tiene su propio sujeto. Suele ir al comienzo,
separado por una coma, pero también admite la posición final, a menudo sin coma: Estando tú aqui, Clara no se atreverá a echarme. Acabará pronto la tarea ayudando todos. Pocos han hallado la solución, siendo tan fácil el problema. Como se puede comprobar, el sujeto del gerundio en construcción absoluta va siempre detrás de él.
Dentro de este grupo, se conocen
a veces como gerundios ilocutivos o
elocutivos los que, haciendo referencia al propio acto verbal, sirven de
ordenadores del discurso: Resumiendo…;
hablando de otra cosa…; concretando…; siguiendo a Marx…, etcétera.
El
gerundio en oración subordinada o construcción conjunta expresa una
acción acompañante de la enunciada por el verbo de la oración principal y
desempeña respecto a esta una función adjetival o adverbial: He visto a tu hermano comprando el pan (adjetival). Elena anda moviendo las caderas (adverbial).
El
gerundio se ha lexicalizado en las formas ardiendo e hirviendo, que
se consideran adjetivos, así como en el caso de colgando, pero con mayores restricciones. Por eso son correctas las
frases: Le lavaron las heridas con vino
hirviendo. Entraron en la habitación, atiborrada de frascos, yerbas colgando
del techo y cuadros de santos en las paredes. Le llegaba de la chimenea el
agradable olor de las piñas ardiendo en el fuego.
El
gerundio puede adquirir las funciones gramaticales del adverbio, aunque con
limitaciones. Destaca por su uso literario la forma callando con el adverbio de grado tan: Cómo se viene la muerte/ tan callando (Manrique, Coplas).
También se admite el diminutivo
en algunos gerundios: corriendito,
callandito, andandito, tirandillo, deseandito. Algunos gerundios construidos con
diminutivo admiten incluso adverbios de grado: Avanzó dos pasos callandito, muy callandito. Me miró en silencio, me
lanzó un beso y se fue tan callandito como vino.
Tiene además el gerundio un uso locativo en los llamados gerundios de ubicación o de orientación locativa, que se suelen
formar con verbos de movimiento: Mi casa
está pasando el puente a mano derecha. Torciendo a la izquierda aparecía el
mercado. Cruzando el río había una cabaña.
Un gerundio muy utilizado es el
llamado de título de cuadro o de
pie de foto, con el que se describe una imagen, sea pintura, escultura,
fotografía, etc.: Niños comiendo melón (cuadro
de Murillo). Zeus devorando a sus hijos (cuadro
de Goya). El embajador recibiendo al
papa (pie de una fotografía).
¿Dónde reside, entonces, la
dificultad en el uso del gerundio? ¿Cuál es el motivo de su mala fama? En
primer lugar, examinemos los usos vetados: el gerundio de posterioridad y el
gerundio con valor de adjetivo especificativo.
El
gerundio de posterioridad aparece en oraciones cuya unión podría ser
copulativa (y) para expresar una acción
que es claramente posterior a la del verbo principal: El autobús cayó al barranco, muriendo todos sus ocupantes (y
murieron todos sus ocupantes). Me dieron un golpe en la cara, sangrándome la
nariz (y me sangró la nariz) Mi hijo entró en la universidad de derecho, graduándose
cinco años después (y se graduó cinco años después). Se considera
incorrecto porque el gerundio ha de indicar siempre coincidencia de tiempo o
tiempo inmediatamente anterior a la acción del verbo principal. Sin embargo,
parece que ya se acepta el gerundio de posterioridad inmediata o consecuencia
de la acción principal: El río se
desbordó, obligando a la evacuación de los vecinos (pero también: lo que obligó a… ).
El
gerundio con valor de adjetivo especificativo es el que se
emplea como simple modificador directo de un sustantivo, función que
corresponde a los adjetivos, pues la
naturaleza del gerundio es sobre todo adverbial: Te envío una caja conteniendo libros (que contiene libros). Se
ha aprobado la ley regulando los precios de los alquileres (que regula
los precios de los alquileres). El conjunto de españoles trabajando en
Alemania está creciendo (el conjunto de españoles que trabajan en Alemania
está creciendo).
Sin embargo, sí
son correctos los gerundios que
modifican al objeto directo de un verbo si expresa percepción (ver, observar,
oír, escuchar, notar, encontrar, etc.) o representación (representar, pintar,
dibujar, mostrar, imaginar, etc.): No
me puedo imaginar a Cecilia haciendo eso. Vi a tu prima esperando el autobús.
La observé subiendo la empinada cuesta. Imaginar, ver y observar son verbos de percepción y, por
tanto, no hay nada que objetar, pero el
resultado de las dos últimas oraciones es ambiguo: ¿quién esperaba el autobús,
yo o tu prima?, ¿quién subía la cuesta, yo o ella? Ha de evitarse el equívoco
bien por el contexto o bien con un cambio de posición del gerundio: Esperando el autobús, vi a tu prima (si
soy yo el sujeto). Subiendo la cuesta, la observé (si soy yo el sujeto).
El gerundio con valor de adjetivo especificativo también es
incorrecto cuando expresa cualidades o estados en lugar de acción o cambio: Se solicita ingeniero sabiendo inglés (que
sepa inglés). Pedro está casado con Carmen, siendo padres de dos hijos (y
son padres de dos hijos). Se prohíbe fijar carteles, siendo responsable la
empresa anunciadora (Se prohíbe fijar carteles. Será responsable la empresa
anunciadora). Hay varios actores que actúan en esta película, siendo uno de
ellos Javier Cámara (uno de los cuales es Javier Cámara).
Como conclusión,
se podría apuntar que el gerundio es correcto por lo general cuando modifica a
otro verbo, sea explícito (presente en
la oración) o implícito (ausente por elipsis, pero sobreentendido sin
dificultad), con lo que se reafirma su carácter adverbial. Se ha de emplear
siempre que sea la mejor opción para expresar nuestro pensamiento, pero ha de
evitarse su repetición en serie, porque entonces resulta ampuloso y malsonante:
Salí de Madrid en junio, recorriendo (mejor
recorrí) a pie el Camino de Santiago, visitando (mejor visité) también algunas ciudades manchegas y regresando
(mejor regresé) por ferrocarril a Barcelona. No
obstante, aislado en perífrasis verbales, es capaz de crear excelentes efectos
estilísticos debido a su aspecto imperfectivo-durativo, con lo que se consiguen
imágenes prolongadas de la acción verbal: Todos
los días, mi madre subía a despertarnos cantando. Esos son como los dineros del sacristán, que cantando se vienen y
cantando se van. Llorando no solucionarás nada. Yo siempre estudié escuchando
música. Saliendo de mi casa, tropecé y me rompí el pie. ¡Y tú diciendo
semejantes barbaridades! Mira, un águila volando.
Su mala fama
proviene en parte del desconocimiento, pero también del empleo abusivo que se
hace de él en textos de carácter jurídico o administrativo que pretenden ser
eruditos o profesionales: Habiéndose
registrado cuatro evasiones de internos y habiendo protagonizado la última fuga
nueve muchachos de ambos sexos que tomaron como rehén al único tutor que los
vigilaba en aquel momento, la Administración ha decidido destituir al director
del centro. (Mejor: Después de las
cuatro evasiones de internos, la última de ellas protagonizada por nueve
muchachos…).
No cabe duda,
sin embargo, de que el gerundio, acaso por influencia del inglés, está cada vez
más presente en nuestra habla y nuestra escritura, y sus usos van aumentando. A
veces se lexicaliza en expresiones tan populares como salir pitando, bufando o zumbando, o venir/ir volando. Puede tener valor de imperativo en expresiones
como andando o aportar un toque
humorístico: andando, que es gerundio. Por
tanto, en lugar de evitarlo, lo más práctico es aprender a sacarle el mayor
partido.
José Francisco
de Isla y Rojo (1703-1781) escribió la novela Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes,
donde se pone en ridículo a los oradores que utilizan un estilo gongorino y
altisonante. El protagonista recibe en el bautismo el nombre de Gerundio en
recuerdo del gran éxito que tuvo su padre, Antón Zote, cuando demostró de estudiante lo mucho
que sabía sobre el gerundio gramatical. El Diccionario
de la lengua española de la RAE recoge el vocablo gerundio por alusión a este personaje y, aunque dice que es
coloquial y desusado, lo define como «persona que habla o escribe en estilo
hinchado, afectando inoportunamente erudición e ingenio. Se usa más
especialmente refiriéndose a los predicadores y a los escritores de materias
religiosas o eclesiásticas». No tiene femenino, así que las escritoras no podemos ser gerundias por más que nos lo propongamos.
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.
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Como siempre muy interesante. Yo hasta ahora solía evitar los gerundios en lo posible por esa mala fama que dices, pero la verdad es que había momentos en que me sonaba peor el arreglo. Ahora entiendo por qué.
ResponderEliminarUna vez que se domina, el gerundio da mucho juego en la escritura. A mí me gustan especialmente los que admiten diminutivo por su expresividad. Creo que es casi imposible escribir bien sin usar ningún gerundio.
ResponderEliminarGracias por las aclaraciones, Carmen. Yo tengo una relación de amor y odio con el gerundio. Mis niños son bilingües pero todavía mezclan mucho el inglés y el castellano y a menudo me chirrían los oídos sus expresiones traducidas literalmente del inglés con el gerundio como protagonista.
ResponderEliminarPues yo reconozco, Carmen, que mi relación es de mucho amor. Y tus niños acabarán dominando el gerundio y las dos lenguas (y todas las que les quieras enseñar ahora que son pequeños). Los míos lo hicieron y hablan tres lenguas estupendamente, no como su madre, que traduce varias pero las chapurrea todas, menos el español, porque es la única que aprendí de niña.
EliminarCuánto aprendemos de gramática con tus artículos :-D ¡Gracias!
ResponderEliminarGracias, por leerme, Iván, y me alegro de ser útil.
EliminarMuchas gracias por el artículo. Es importante tanto para escritores como para lectores.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias a ti, Sylvia. Seguiremos escribiendo.
EliminarGracias,esta clara y muy útil la explicación.
ResponderEliminarCreo que esta oración está mal escrita.
ResponderEliminarTransportada a Londres, ha sido exhibida públicamente en el Museo Británico desde 1802, siendo uno de los objetos más visitados.
Pero esta no:
Transportada a Londres, ha sido exhibida públicamente en el Museo Británico desde 1802 y es uno de los objetos más visitados.
Muchas gracias
Samir Hiweg
Ese gerundio "siendo", aunque habitual, no debe escribirse, estás en lo cierto. Es preferible la oración copulativa con verbo en presente de indicativo que indicas, Samir.
EliminarGracias a ti por pasarte a leer.
ma han salvao el pellejo :)
ResponderEliminarsin su ayuda me ubieran sacado un ceroOOOOOOte
ResponderEliminargrachet :) :) :)
Te saludo con mucho cariño, Carmen. Estoy escribiendo una carta a mi hermano sobre los sentimientos que me embargaron cuando falleció mi madre, y en una de las lineas de esta carta (refiriéndome a mi madre) escribí: Me parecía verla venir con las primeras luces, anunciándome su regreso con su voz clarísima. ¿Carmen, el gerundio "anunciándome" modifica al sustantivo "luces" o al verbo "venir"? Porque si modifica al sustantivo sería adjetivo y por lo mismo sería un gerundio incorrecto. Gracias por tu respuesta
ResponderEliminarModifica al verbo, Carlos. Tu gerundio «anunciándome» es correctísimo y bello.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde este Madrid helado, donde aguardo con ansia la llegada del sol y la primavera.
Gracias, Carmen, por quitarme esta duda. Desde Perú, donde el calor nos está achicharrando.
ResponderEliminarCarmen, de joven escribí un poemario, y ahora, en mi adultez, quiero reeditarlo. Con ese fin, he releído los poemas de esta pequeña obra, y en uno de ellos creo que cometí un error en su escritura. Es un poema a mi ciudad. Transcribo la estrofa en la que creo se encuentra el error:
ResponderEliminarFuiste creciendo con el Cosmos.
Proclamando a los puntos cardinales
tu filiación de cuna de la patria y el sol.
Pronto la Tierra entera conoció
la historia de tus hijos derrotando al opresor,
defendiendo con su sangre tu grave nombre de puño y polen,
penetrando en la estructura entrañable del ser,
ordenando la relación de los hombres;
instrumentando con la palabra y los elementos del tiempo
una poesía que canta tu ser de leyenda.
Carmen, en el quinto verso uso el gerundio "derrotando". ¿Es incorrecto este gerundio? ¿Cumple una función adjetiva respecto al sustantivo "hijos"? Por favor ayúdame. Confío en tu conocimiento de nuestro idioma. ¿Tendré que modificar la estrofa? Gracias por tu generosidad, por tus consejos.
Carlos Santos
Carlos, estoy viviendo por un tiempo en Toulouse y tengo problemas de conexión a internet. Por eso no pude responderte antes.
EliminarEl gerundio que te preocupa es correcto. No hay ningún motivo gramatical para modificar la estrofa; ahora bien, ¿no te parece que hay demasiados gerundios en la composición?
Un saludo desde esta bella ciudad rosa.
Carmen, gracias por tu respuesta. Creo que tienes razón: hay demasiados gerundios en la estrofa. Gracias nuevamente por tu consejo. Corregiré este error. Antes de despedirme quiero manifestarte que para nosotros, tus lectores, eres un ejemplo, además de erudición, de solidaridad. Si todos contribuyéramos con nuestros semejantes otra sería la realidad en que vivimos.
EliminarCarlos Santos
Muchas gracias!
ResponderEliminarDe nada, Fridt.
Eliminar¡¡¡Muchas gracias!!! Muy clara tu explicación. Empecé a coordinar un taller literario hace poco y me comentaban las asistentes que en otros talleres les condenaban el uso del gerundio. Yo no entendía por qué dado que si se usa con cierta intención comunicativa, hay usos muy correctos.
ResponderEliminarTu clasificación me ha despejado las dudas y reforzado las certezas. Muchas gracias!!!
De nada, Laura. Me alegro de que este texto sobre gerundios te haya resultado útil.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias por sus escritos, Carmen. Soy correctora en una editorial de ciencias sociales en Cuba, y creo que algunos autores aquí emplean mal los gerundios, así que me es muy útil su explicación.
ResponderEliminarJuliette, me alegra mucho que me lea desde Cuba y que le sean útiles mis escritos. Espero algún día visitar esa hermosa isla.
EliminarUn cordial saludo.
Soy traductora y me resultó muy claro, gracias. Lástima la burla súper innecesaria al lenguaje inclusivo al final.
ResponderEliminarNo hay ninguna burla, lectora anónima, sino una crītica al lenguaje no inclusivo. Ojo con ese "súper innecesaria" si eres traductora.
EliminarUn saludo.