En estos tiempos en que la mayoría escribimos
valiéndonos de ordenadores o computadoras y, por tanto, tenemos acceso a las
distintas familias de fuentes y formatos de las letras, a menudo surgen dudas
sobre su uso que antes no se planteaban más que las personas que se dedicaban a
oficios relacionados con la edición y la imprenta. La ortotipografía, como ya
he señalado en otras entradas de este blog, es la disciplina eminentemente
práctica que combina ortografía y tipografía para establecer pautas comunes en
materias tales como los estilos de letras ―redonda, cursiva, negrita, versal,
versalita―, el uso de mayúsculas o minúsculas, la disposición de las notas, las
citas, el espaciado, la puntuación y demás semejantes.
La combinación de letras y signos de
puntuación en cursiva y negrita es asunto que preocupa no solo a los
correctores de estilo y pruebas, sino también a todo escritor meticuloso. Cuando
un texto se escribe íntegramente en letra cursiva, no existe vacilación para
componer todos los signos de puntuación que necesite en ese mismo estilo de
letra. Lo mismo cabría afirmar respecto a los textos compuestos en negrita, si
bien son bastante escasos por la excesiva mancha que crean en la página (sobre
todo si es impresa) y se suelen limitar
a títulos o subtítulos. Sin embargo, cuando se trata de palabras aisladas en
cursiva o negrita dentro de un texto compuesto en redonda, surgen las dudas.
Para analizar el estado de la cuestión, se
debe establecer, en primer lugar, una distinción entre los signos de puntuación
simples (coma, punto, punto y coma, dos puntos, puntos suspensivos) y los
signos de puntuación dobles (comillas, interrogación, exclamación, paréntesis,
corchetes) que se escriben junto a una o varias palabras seguidas compuestas en
cursiva o negrita. En el caso de los simples, una buena parte de los
ortotipógrafos consideran que deben mantener el mismo estilo de letra que la
palabra a la que acompañan. Por consiguiente, se escribiría:
No te
pierdas El olivo; es la última
película de Isabel Coixet.
A Jaime le gusta decir tonterías como tragiversar, estruégano o la Soborna:
no lo aguanto.
Este es el criterio que se mantiene en muchas
casas editoriales españolas y americanas. No obstante, hay ortotipógrafos (y
lingüistas) defensores de una postura diferente: sostienen que el signo de
puntuación simple ha de conservar el estilo de letra predominante en la
oración, prescindiendo del que tenga la palabra junto a la cual se escriba,
puesto que dicho signo puntúa oraciones y no palabras. Por tanto, un signo de
puntuación simple se compondrá de redonda siempre que la oración en la que
aparezca la palabra en cursiva o negrita esté compuesta también de redonda.
Este criterio parece hoy minoritario entre las casas editoriales.
Por lo que respecta a los signos de
puntuación dobles de interrogación, exclamación y comillas escritos junto a palabras
en cursiva dentro de un texto compuesto en letra redonda, el criterio
mayoritario establece que se compondrán de cursiva cuando la palabra, locución
o título afecte a ambos signos y de redonda en caso contrario. Así pues, escribiremos:
¿Que
todavía no has ido a ver La chica danesa?
«¿Eso de sacco di merda será peor que fuck you?»,
se preguntó Marito.
Busqué
sin encontrar ¿Quién teme a Virginia
Woolf? en la cartelera.
¡La dama de las camelias no es mejor que Guerra y paz!
Una regla tipográfica universal en este caso establece
que se ha de mantener para el signo de cierre el mismo estilo de letra que se
empleó para el de apertura.
Aunque al comienzo he unido la suerte de las
palabras compuestas en cursivas y las compuestas en negritas, la realidad es
que cuando se trata de estas últimas, es más difícil establecer un consenso.
Muchos puristas se acogen también en esta cuestión al criterio considerado de
buena tipografía que exige para el signo ortográfico adyacente a una palabra
compuesta en una familia, tipo o cuerpo distintos a los usados en el resto del
texto ese mismo cambio de letra. Por tanto, a una palabra escrita en negritas
le debe seguir un signo en negritas. Sin embargo, muchos ortotipógrafos,
aduciendo que las negritas manchan en exceso la página (sobre todo impresa,
como ya he señalado), solo admiten el uso de signos de puntuación en negrita
―en especial si se trata de los dobles― cuando la oración completa vaya
compuesta en ese estilo de letra.
En lo referente a los paréntesis, corchetes y
rayas, la regla tipográfica de consenso establece que se debe mantener el mismo
formato del signo de apertura en el de cierre; asimismo, establece que el signo
de apertura se compondrá en idéntico formato que el texto donde aparece, a no
ser que encierre una o varias palabras escritas en cursiva y ninguna de
redonda: en este caso, adopta este mismo formato de letra. Así, escribiremos:
Ese libro
(Princesas y payasos vestidos de raso)
no me gustó.
No lo
encontré en la biblioteca (ese libro, ya sabes: Princesas y payasos vestidos de raso).
El hueso
estaba cerúleo [sic].
En el caso de uso (bastante improbable) de
negritas, se aplicarían las mismas reglas, pero se mantienen las objeciones y
restricciones ya explicadas con anterioridad.
Para las llamadas de notas, el criterio
mayoritario es componerlas en cursiva cuando el texto está íntegramente escrito
en cursiva, y de redonda, cuando solo se trate de una palabra en cursiva dentro
de un texto en redondas. No obstante, hay sellos editoriales que componen las
llamadas de nota adyacentes a una palabra escrita en cursiva también en
cursiva. El número de la nota a pie de página o al final siempre se compondrá
de redonda. En el caso improbable de llamadas junto a palabras en negritas, se aplicarían
los mismos criterios, con las restricciones ya señaladas.
Para finalizar, recuérdese, como norma
general, que una vez decidido el criterio que se va a emplear para la
composición de un texto, ha de mantenerse de principio a fin. Los correctores
de estilo y pruebas deben asegurarse de las pautas que se siguen en los sellos
que contraten su trabajo.
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.
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