Para comprender su función, examinemos las siguientes oraciones: Ahí llegan tus amigas. Tus amigas te vienen a buscar. La misma idea se puede expresar con una sola oración que recoge la relación mental establecida en las dos anteriores: Ahí llegan tus amigas que te vienen a buscar. Otro caso: El niño se acercó al árbol. Bajo su sombra leía su madre. Cabría expresar lo mismo con una única oración: El niño se acercó al árbol bajo cuya sombra leía su madre. Como vemos, los relativos se dedican a relacionar una oración con otra y una palabra con otra: de ahí les viene su nombre. Son pronombres, pero a veces parecen adjetivos, y ni siquiera los gramáticos se ponen de acuerdo para establecer los límites.
Esta es su lista completa: que, el que, la que, el cual, la cual, quien, cuyo, cuya, cuanto, cuanta (singular); que, los que, las que, los cuales, las cuales, quienes, cuyos, cuyas, cuantos, cuantas (plural); cuanto, lo cual (neutro). Nótese que ninguno se escribe con tilde. Estas mismas palabras con tilde (qué, cuál, cuáles, cuántos, cuántas, cuánto, cuánta, quién, quiénes y, mucho más raro por arcaico, cúyo, cúya, cúyos, cúyas) son adjetivos y pronombres interrogativos que tienen funciones y usos completamente distintos.
La
palabra u oración entera que el relativo pretende relacionar con otra es su
antecedente:
Hoy vendrá el médico, que siempre nos trae medicinas.
Nos trae medicinas, lo cual nos cura cuando estamos enfermos.
Nos cura a mí y a mis hermanos, quienes por eso crecemos fuertes.
El médico, cuyo trabajo es tan importante, nos parece simpático.
Y también nos reparte caramelos, todos cuantos le pedimos.
El relativo que es totalmente invariable y el de uso más general en español. Como se puede apreciar en la lista de arriba, unido al artículo determinado forma los relativos complejos: La silla de enea, que estaba en la sala, ha desaparecido. O también la silla de enea, la que estaba en la sala, ha desaparecido. Estas dos oraciones son explicativas y siempre van separadas con coma (,) de la principal. Sin embargo, si escribimos la silla de enea que estaba en la sala ha desaparecido, se trataría de una oración especificativa y su sentido varía. En el caso del relativo complejo la que, es imposible escribir una oración especificativa sin comas; siempre ha de ser explicativa.
Lo mismo
es aplicable al resto de los relativos complejos el cual, la cual, los cuales, las cuales, lo cual: solo es correcto
su uso en oraciones explicativas, nunca en las especificativas. Así, podemos
escribir: He visto la casa que compraste
en Marbella, pero nunca he visto la
casa Hoy vendrá el médico, que siempre nos trae medicinas.
Nos trae medicinas, lo cual nos cura cuando estamos enfermos.
Nos cura a mí y a mis hermanos, quienes por eso crecemos fuertes.
El médico, cuyo trabajo es tan importante, nos parece simpático.
Y también nos reparte caramelos, todos cuantos le pedimos.
El relativo que es totalmente invariable y el de uso más general en español. Como se puede apreciar en la lista de arriba, unido al artículo determinado forma los relativos complejos: La silla de enea, que estaba en la sala, ha desaparecido. O también la silla de enea, la que estaba en la sala, ha desaparecido. Estas dos oraciones son explicativas y siempre van separadas con coma (,) de la principal. Sin embargo, si escribimos la silla de enea que estaba en la sala ha desaparecido, se trataría de una oración especificativa y su sentido varía. En el caso del relativo complejo la que, es imposible escribir una oración especificativa sin comas; siempre ha de ser explicativa.
¿Cuál es la diferencia entre las oraciones especificativas y las explicativas? En las primeras se especifica lo que se quiere expresar: Los niños que estaban cansados se fueron a dormir. Nos referimos a los niños cansados; puede que hubiera otros que no lo estuvieran y no se acostaron. En cambio, en las oraciones explicativas introducimos una explicación entre comas que se añade como algo prescindible: Los niños, que estaban cansados, se fueron a dormir. Son todos los niños quienes se van a dormir debido a su cansancio. Pero lo importante es el hecho de que se van a dormir, no el motivo, que en este caso es el cansancio pero podría ser otro.
La lengua
culta actual prefiere el uso del relativo que
y relega el de los relativos complejos el
cual, la cual, los cuales y las cuales a no ser que vayan precedidos por
una preposición: Este fue el motivo por
el cual dimití o este fue el motivo
por el que dimití. Le han asignado un papel para el cual no está preparado o
también le han asignado un papel para el
que no está preparado. Otra buena razón para emplear el cual o la cual y sus
plurales es la distancia con su antecedente, la necesidad de marcar el género y número para
evitar ambigüedades o la presencia de otro relativo cerca: Nos despistó la espesa niebla que cubrió el valle, el cual estaba más cerca de lo que pensábamos. Habló el representante
que salió elegido en la votación, al
cual nadie ha discutido la victoria. Nos empapó el chaparrón debido a la gran
distancia que nos separaba del hotel, la
cual habría sido menor si no nos hubiéramos perdido.
Por su parte, lo cual se utiliza en la lengua culta tanto con preposición como sin ella con preferencia a lo que: Siempre comíamos helado de postre, lo cual me gustaba. Esteban me enseñó a nadar, por lo cual le estoy muy agradecido. Como se aprecia, su antecedente siempre es una oración completa.
Los relativos quien, quienes siempre deben tener un antecedente personal con el que concuerdan en género y número; en el resto de los casos se ha de utilizar que, cual o cuales: Ella es quien debe decidir, pero no el ministerio esquien
debe decidir (el que debe). Habían tachado el nombre de quien sería el próximo
papa, pero no se desconocía el
departamento de quien procedía (del que o del cual). Los hombres a quienes llamaste, pero no los perros a quienes silbaste (a los
que o a los cuales).
El relativo con valor posesivo cuyo, cuya y sus plurales tiene carácter de adjetivo y no concuerda con su antecedente, que siempre ha de estar explícito, sino con el sustantivo al que acompaña: Se acercó a una ventana, a través de cuyos cristales vio la calle. Madrid sufrió un terremoto, cuyas consecuencias se desconocen. Ese es Emilio, de cuyos padres guardo un buen recuerdo. Otra peculiaridad de este relativo es que no concuerda en plural con los sustantivos coordinados a los que acompaña, sino con el más próximo y en su mismo género: Es una persona cuya familia y amigos aprecian. El cuadro cuya venta y envío hemos acordado es aquel.
No es correcto el empleo del relativo que seguido del posesivo su (quesuismo) o del artículo en lugar de cuyo: Ayer vi a la chicaque su padre
es médico (cuyo); me gusta ese árbol que la flor es blanca (cuya). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que no
siempre la secuencia de que más su es quesuismo: Este es el libro que su hijo me prestó. Me dijo que su hermano venía.
Un error muy frecuente no solo en lenguaje oral sino también escrito es la omisión de la preposición que debe preceder al relativo que (con o sin el artículo delante) cuando funciona como complemento circunstancial, de régimen, indirecto o incluso directo de persona: Voy a salir con el chico del que te hablé y no voy a salir con el chicoque te
hablé. El momento en que sonó la alarma todos corrieron y no el momento que sonó la alarma todos
corrieron. La niña a la que doy clase es muy lista y no la niña que le doy clase es muy
lista. Hay gente a la que no le gusta madrugar y no hay gente que no le gusta madrugar. Las noticias de las que me
he enterado no son buenas y no las
noticias que me he enterado no son buenas. Le hicieron levantar del
asiento en que estaba y no le
hicieron levantar del asiento que estaba.
Sin embargo, se puede suprimir la preposición delante del relativo cuando se trata de un complemento circunstancial de tiempo, siempre que su antecedente no la necesite para desempeñar su función: Vendió la casa el año que se jubiló o también vendió la casa en el año en que se jubiló. La explicación es que resulta igualmente correcto vendió la casa ese año o en ese año. Si el complemento no es de tiempo, no se admite la supresión de la preposición: No recuerdo los sitios en que estuve el año pasado y nunca no recuerdo los sitiosque estuve el
año pasado.
La regla para no equivocarse consiste en construir una oración con el mismo verbo pero sin relativo para comprobar si rige alguna preposición: Doy clase a una niña muy lista, luego la niña a la que doy clase es muy lista. A la gente no le gusta madrugar, luego, hay gente a la que no le gusta madrugar. Te hablé del chico, luego voy a salir con el chico del que te hablé. Estuve en muchos sitios, luego no recuerdo los sitios en que estuve (o en los que estuve). Estaba sentado en un asiento, luego le hicieron levantar del asiento en que estaba. Y así sucesivamente.
Cuando el antecedente también lleva preposición, en el habla coloquial se tiende a suprimir su repetición delante del relativo: En la ciudad que vivo hay mucha contaminación; del asunto que hablamos ayer no tengo clara una cosa. En ambos casos, lo correcto sería repetir la preposición: En la ciudad en que vivo hay mucha contaminación; del asunto del que hablamos ayer no tengo clara una cosa.
En el español de Latinoamérica y entre hablantes catalanes esta supresión es frecuente en oraciones de relativo con el verbo ser del tipo es por eso que; fue allí que; fue entonces que; es así que. La construcción correcta exige la repetición de la preposición ante el relativo y añadir el artículo: es por eso por lo que. O cambiar el relativo por el adverbio relativo correspondiente: fue allí donde; fue entonces cuando; es así como. Muchas veces la mejor opción es la más sencilla: Por eso no vine en lugar de fue por eso por lo que no vine. Con este convencimiento iniciamos la nueva empresa en lugar de con este convencimiento fue con el que iniciamos la nueva empresa.
El Diccionario Panhispánico de Dudas también recomienda que se evite el uso de construcciones interrogativas perifrásticas del tipo ¿dónde fue que?, ¿cuándo fue que?, ¿cómo fue que?: ¿Dónde fue que lo vio? Es preferible ¿dónde lo vio? ¿Cuándo fue que estuvo en Madrid? Es preferible ¿cuándo estuvo en Madrid? ¿Cómo fue que se conocieron? Es preferible ¿cómo se conocieron?
Los adverbios relativos que se han mencionado más arriba son aquellos capaces de cumplir las mismas funciones de relación entre las palabras que los pronombres o adjetivos relativos: cuando, como y los más evidentes y habituales donde y adonde.
Me lo encontré en Nueva York, ciudad donde yo trabajaba (en la que).
Me lo encontré en Nueva York ciudad adonde yo había ido a trabajar (a la que).
Recordemos que el adverbio adonde exige verbos de movimiento, mientras que donde no, pero también se puede utilizar con ellos: Voy donde me dicen y estoy donde me dicen. Pero solo voy adonde me dicen.
Algunas gramáticas incluyen estos adverbios como un relativo más puesto que se pueden sustituir por ellos. Todos son átonos y, por tanto, nunca se escriben con tilde. De este modo, tendríamos pronombres relativos, adjetivos relativos y adverbios relativos.
¿Ha quedado claro o todo es relativo?
La lengua destrabada
Por su parte, lo cual se utiliza en la lengua culta tanto con preposición como sin ella con preferencia a lo que: Siempre comíamos helado de postre, lo cual me gustaba. Esteban me enseñó a nadar, por lo cual le estoy muy agradecido. Como se aprecia, su antecedente siempre es una oración completa.
Los relativos quien, quienes siempre deben tener un antecedente personal con el que concuerdan en género y número; en el resto de los casos se ha de utilizar que, cual o cuales: Ella es quien debe decidir, pero no el ministerio es
El relativo con valor posesivo cuyo, cuya y sus plurales tiene carácter de adjetivo y no concuerda con su antecedente, que siempre ha de estar explícito, sino con el sustantivo al que acompaña: Se acercó a una ventana, a través de cuyos cristales vio la calle. Madrid sufrió un terremoto, cuyas consecuencias se desconocen. Ese es Emilio, de cuyos padres guardo un buen recuerdo. Otra peculiaridad de este relativo es que no concuerda en plural con los sustantivos coordinados a los que acompaña, sino con el más próximo y en su mismo género: Es una persona cuya familia y amigos aprecian. El cuadro cuya venta y envío hemos acordado es aquel.
No es correcto el empleo del relativo que seguido del posesivo su (quesuismo) o del artículo en lugar de cuyo: Ayer vi a la chica
Un error muy frecuente no solo en lenguaje oral sino también escrito es la omisión de la preposición que debe preceder al relativo que (con o sin el artículo delante) cuando funciona como complemento circunstancial, de régimen, indirecto o incluso directo de persona: Voy a salir con el chico del que te hablé y no voy a salir con el chico
Sin embargo, se puede suprimir la preposición delante del relativo cuando se trata de un complemento circunstancial de tiempo, siempre que su antecedente no la necesite para desempeñar su función: Vendió la casa el año que se jubiló o también vendió la casa en el año en que se jubiló. La explicación es que resulta igualmente correcto vendió la casa ese año o en ese año. Si el complemento no es de tiempo, no se admite la supresión de la preposición: No recuerdo los sitios en que estuve el año pasado y nunca no recuerdo los sitios
La regla para no equivocarse consiste en construir una oración con el mismo verbo pero sin relativo para comprobar si rige alguna preposición: Doy clase a una niña muy lista, luego la niña a la que doy clase es muy lista. A la gente no le gusta madrugar, luego, hay gente a la que no le gusta madrugar. Te hablé del chico, luego voy a salir con el chico del que te hablé. Estuve en muchos sitios, luego no recuerdo los sitios en que estuve (o en los que estuve). Estaba sentado en un asiento, luego le hicieron levantar del asiento en que estaba. Y así sucesivamente.
Cuando el antecedente también lleva preposición, en el habla coloquial se tiende a suprimir su repetición delante del relativo: En la ciudad que vivo hay mucha contaminación; del asunto que hablamos ayer no tengo clara una cosa. En ambos casos, lo correcto sería repetir la preposición: En la ciudad en que vivo hay mucha contaminación; del asunto del que hablamos ayer no tengo clara una cosa.
En el español de Latinoamérica y entre hablantes catalanes esta supresión es frecuente en oraciones de relativo con el verbo ser del tipo es por eso que; fue allí que; fue entonces que; es así que. La construcción correcta exige la repetición de la preposición ante el relativo y añadir el artículo: es por eso por lo que. O cambiar el relativo por el adverbio relativo correspondiente: fue allí donde; fue entonces cuando; es así como. Muchas veces la mejor opción es la más sencilla: Por eso no vine en lugar de fue por eso por lo que no vine. Con este convencimiento iniciamos la nueva empresa en lugar de con este convencimiento fue con el que iniciamos la nueva empresa.
El Diccionario Panhispánico de Dudas también recomienda que se evite el uso de construcciones interrogativas perifrásticas del tipo ¿dónde fue que?, ¿cuándo fue que?, ¿cómo fue que?: ¿Dónde fue que lo vio? Es preferible ¿dónde lo vio? ¿Cuándo fue que estuvo en Madrid? Es preferible ¿cuándo estuvo en Madrid? ¿Cómo fue que se conocieron? Es preferible ¿cómo se conocieron?
Los adverbios relativos que se han mencionado más arriba son aquellos capaces de cumplir las mismas funciones de relación entre las palabras que los pronombres o adjetivos relativos: cuando, como y los más evidentes y habituales donde y adonde.
Me lo encontré en Nueva York, ciudad donde yo trabajaba (en la que).
Me lo encontré en Nueva York ciudad adonde yo había ido a trabajar (a la que).
Recordemos que el adverbio adonde exige verbos de movimiento, mientras que donde no, pero también se puede utilizar con ellos: Voy donde me dicen y estoy donde me dicen. Pero solo voy adonde me dicen.
Algunas gramáticas incluyen estos adverbios como un relativo más puesto que se pueden sustituir por ellos. Todos son átonos y, por tanto, nunca se escriben con tilde. De este modo, tendríamos pronombres relativos, adjetivos relativos y adverbios relativos.
¿Ha quedado claro o todo es relativo?
La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.